La guerra de espías ya había estallado, Nisman estaba muerto y el kircherismo fuera del poder. Sin embargo, el diálogo telefónico entre la expresidenta Cristina Kirchner y el extitular de la AFI, Oscar Parrilli, le sirvió como puntapié al fiscal Guillermo Marijuan para denunciarlos por "abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público".
La exmandataria, envuelta en la ira por las declaraciones de Stiuso a La Nación, estuvo al borde de cometer un grueso error al pedirle a Parrilli que le buscara las "causas que le armamos", pero logró rectificarse y habló de las causas "que le denunciamos" a Antonio Stiuso. Parrilli le contestó que hay ocho causas contra el exdirector de Operaciones de la Inteligencia. Es ahí cuando Cristina le pidió que organizara un diagrama con los jueces que tienen cada causa. "Es increíble que no se haya avanzado absolutamente nada", indicó la exmandataria.
"¿Cómo que los Kirchner tenían servicios paralelos? ¿Y él nunca lo denunció eso? No, no, no", lanzó Cristina en base a las declaraciones de Stiuso, "Sí, se calló la boca", retrucó Parrilli. La respuesta de Parrilli dejó una nebulosa que Cristina se apuró por disipar: "No, no, primero que es mentira". "Manejaba él (por Stiuso) los servicios", remató Parrilli, saliendo del brete.
Luego Cristina trazó una suerte de estrategia y le comentó que Francisco Larcher y Héctor Icazuriaga, integrantes de la cúpula de la SIDE K, debían declarar ante las acusaciones. El extitular de la AFI dudó ante la recomendación y dijo: "No sé si es conveniente". La exPresidenta se mantuvo firme en su postura de llamarlos y se preguntó: "¿A quien le armamos carpetazo nosotros?". "No, bueno... no a nadie, si los armaba los armaba él", señaló un dubitativo Parrilli, cuyas expresiones desataron la bronca de Cristina: "Estás lento de reacción, Oscar"