La extensa sesión en la Cámara de Diputados dejó numerosas repercusiones y “perlitas”, que permitieron distender el duro debate que terminó con el rechazo al Presupuesto 2022. Los ánimos venían caldeados desde el inicio de la semana, cuando el ministro Martín Guzmán visitó la Comisión de Presupuesto y Hacienda, y se mantuvieron hasta el viernes a la mañana, cuando se dio por finalizada la discusión.
El presidente del cuerpo, Sergio Massa, debió poner orden en numerosas oportunidades, con chicanas a varios de sus colegas y retos para otros.
“Invito a Rogelio Frigerio a retirarse del recinto ya que todavía no ha jurado como diputado y por lo tanto no puede estar ocupando ninguna banca. Si puede, por favor, venga atrás del recinto”, le pidió con buena onda Massa al ex ministro del Interior, que aún no había podido jurar porque el 7 de diciembre se encontraba con covid. El pedido tiene que ver con una disposición interna de la cámara que, después del caso del “diputrucho” de 1992, impide que esté en el recinto cualquier persona que no sea legislador, a excepción de quienes forman parte de la organización.
Massa también fue protagonista de otro momento distendido con la diputada del PRO Victoria Morales Gorleri, quien tuvo varios inconvenientes para registrar su presencia en el recinto a través del sistema que se activa al momento de sentarse en la banca. Según le explicó Massa, el registro toma en cuenta a personas de más de 50 kilos y le comentó que “la diputada Paula Penacca tiene el mismo problema”. A lo que Gorleri le retrucó entre risas: “Deme de comer un poquito más, señor presidente”, con la actitud cómplice de su compañera de banca Laura Rodríguez Machado, a lo que Massa le sugirió que ubicara “un libro” para sumar peso.
Sin embargo, no todo fueron risas en el recinto, y sobre el final de la sesión el radical Miguel Bazze fue uno de los que subieron la temperatura ante un comentario de Massa.
En momentos en que se discutía la posibilidad de ir a un cuarto intermedio, solicitado por el diputado Luis Di Giacomo, Massa reclamaba que algún presidente del bloque opositor hiciera uso de la palabra para expresarse sobre la moción propuesta.
Fue en ese momento que el titular de la Cámara de Diputados expresó: “Yo tengo mucha paciencia”, lo que generó la reacción de Bazze, que literalmente perdió la paciencia.
“La paciencia es nuestra”, dijo el legislador. “Nosotros desde un principio dijimos que íbamos a facilitar el tratamiento de este proyecto. Vinimos acá a dar quórum y dimos el debate. En cuanto empezó el debate, el presidente de bloque planteó un cuarto intermedio para que ustedes tomaran la decisión de volver este proyecto a comisión y lo volvieran a estudiar. Y sin embargo, en lugar de aceptar esa propuesta, siguieron adelante con todo el debate”, reprochó. Bazze continuó con sus explicaciones y, tras agradecer por haberle cedido la palabra, fue aplaudido y felicitado por sus compañeros de bancada, momento en el cual se escuchó de su boca decir: “Lo único que le faltaba a este pedazo de pelotudo”, con el micrófono aún habilitado.
También fue la primera oportunidad en el recinto de diputados del libertario Javier Milei, quien desde una de las bancas del fondo, en la que tiene como vecinos a los referentes del Frente de Izquierda, defenestró el Presupuesto y formuló uno de sus mensajes a viva voz que casi lo deja afónico. “Un presupuesto es una proyección y parte de un conjunto de datos de inicio. El ministro Guzmán trajo datos viejos y, por lo tanto, este presupuesto es un gigante de pies de barro metiéndose en la laguna; se va a caer”, sentenció Milei.
Otro de los debutantes en sesión fue José Luis Espert, aunque ya había tenido varias intervenciones durante las reuniones de la Comisión de Presupuesto, en las que participó como invitado pese a no ser uno de sus miembros. El economista realizó un repaso por seis proyectos de presupuesto que fracasaron en la historia y advirtió: “El problema somos nosotros, el Poder Ejecutivo, y continúa en la Cámara de Diputados, que sanciona todos los años desde hace décadas presupuestos irresponsables con déficit fiscal. Hagámonos cargo de que nosotros somos el problema de la deuda, la deuda no es un extraterrestre, si no nos gusta no la tomemos, y para eso no hay que tener déficit”.