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Cinco desafíos internacionales que pusieron a prueba la 'tercera vía'

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Relaciones. Fernández dio refugio a Evo Morales cuidando, en paralelo, su relación con EE.UU. | prensa Frente de todos / Presidencia

La pretendida construcción de una tercera vía en la política exterior tuvo un debut intenso en el primer mes de Alberto Fernández. El refugio a Evo Morales; Venezuela; la tensión en Medio Oriente; los humores de Bolsonaro y la elección del próximo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) fueron cinco episodios que evidencian el juego de líbero internacional.

Prácticamente en todos estas situaciones pesa la posición de Washington y la necesidad del Gobierno de diferenciarse del alineamiento de la administración de Mauricio Macri. Pese a ello, tanto en el Ejecutivo como en la embajada estadounidense aseveran que el diálogo es constante. La prueba es que Jorge Argüello, futuro embajador en el Norte, ya obtuvo su placet diplomático.

La OEA es donde pueden chocar los intereses nacionales con la Casa Blanca, que apoya la reelección de Luis Almagro como secretario general. “Nosotros queremos ganarle”, comentó un funcionario a PERFIL. El canciller Felipe Solá se reunió con los otros dos candidatos –el peruano Hugo de Zela y la ecuatoriana María Fernanda Espinoza– y la “rosca” política sigue activa con México para respaldar al que tenga más chances.

Con Venezuela y Bolivia se advirtió con mayor claridad esa búsqueda de una tercera vía. El Gobierno repudió la militarización de la Asamblea Nacional en Caracas el domingo pasado, pero se abstuvo de condenarlo  luego en la OEA, en sintonía con México, con quien busca estimular la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). En el medio, le quitó las credenciales diplomáticas a la representante de Juan Guaidó a quien solo reconoce como líder opositor y cabeza legislativa.

Con Morales, medió ante los cuestionamientos de la Casa Blanca por su hiperactividad en la primera semana de refugio en Buenos Aires sin quitarle su apoyo. No obstante, el líder boliviano mudó el acto que pretendía montar en la frontera por una recomendación. También Washington se había quejado por ello.

En lo que respecta a la reciente escalada militar entre EE.UU. e Irán, la Cancillería emitió un comunicado instando a las partes a “contener la tensión”. No fue la única decisión orientada hacia aquella región en el primer mes: también ratificó a la organización libanesa Hezbollah en la lista terrorista, en un claro guiño a Israel.

Por último, y tras el tenso arranque con Jair Bolsonaro, Solá mantuvo una teleconferencia con su par Ernesto Araújo y lo visitará el 31 de enero para empezar a definir un posible encuentro entre los presidentes. Dicen que mientras Aberto se mantenga al margen de la competencia electoral de este año en el país vecino, el brasileño no enarbolaría otra vez su hacha guerrera.

 


 

Tomada: “El vínculo con México debe trascender la buena sintonía política”

En su casa, la música y la historia de la Revolución Mexicana siempre estuvo presente: su madre era profesora de Historia y su padre, un enamorado de la nación azteca. “Pancho Villa y Emiliano Zapata no eran personajes ajenos a mi vida cotidiana”, recuerda Carlos Tomada, futuro embajador en México, recién retornado del viaje con el canciller Felipe Solá a aquel país. Incluso una hermana suya vivió allí exiliada una década, lo que lo llevó a conocer y apreciar aquella tierra en la que pronto se asentará.

—¿Cuánto hay de sinceridad y cuánto de pragmatismo en la alianza con México?

—El afecto de AMLO por Alberto lo escuché en forma personal, su sintonía, y me emocionó el modo cómo me recibió: “Tú estás acá, Argentina está acá y estamos juntos”, me dijo y no había un público frente al que alardear. Esa línea baja hasta el último de sus subsecretarios, pasando por quien hoy es una importante figura política en México, su canciller Marcelo Ebrard. Creo que ningún canciller (en la cumbre de la Celac) tuvo la atención que recibió Solá.

—¿Cuál es el eje prioritario de su futura misión?

—Somos optimistas, pero queremos resultados. Y hay una meta clara que es estabilizar el déficit comercial. No se entiende que dos de las potencias latinoamericanas más importantes no tengan mayor intercambio. Y para ello hay que explorar desde los productos primarios a las manufacturas y hasta los servicios, porque Argentina tiene un alto nivel de servicios agropecuarios y en México, por ejemplo, requieren de tecnología en diversos rubros. De ahí en más, hay todo un horizone de posibilidades de complementariedad en lo cultural, lo deportivo y hasta lo artístico.

—¿Tiene margen México para diversificarse considerando su nexo con Estados Unidos?

—Ellos dicen “tenemos vocación y tenemos que explorar nuestras posibilidades”. Y nosotros somos los primeros en entenderlo con realismo. Debemos trabajar para que toda esta sintonía cristalice porque el vínculo debe trascender la buena sintonía política, ese es nuestro gran desafío.

—¿Cómo define esta  tercera vía en la política exterior a la que se apuesta con México?

—Debemos definir primero cuál es la alternativa entre extremos que son variables y no es fácil, ya no tenemos las certezas de los polos que daba la Guerra Fría, cuando nació esa tercera posición. Creo que, si en algún momento se describía por la autonomía y la distancia con los polos, hoy una tercera vía se define por la búsqueda del diálogo con todos, más allá de las afinidades.