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Cobos, la nueva esperanza del "No Peronismo"

El vice-presidente bien podría ocupar el liderazgo de un sector político acéfalo y mucho más amplio y rico que el simple "anti-peronismo".

| CedocC

El peronismo es el partido que tiene la base electoral más amplia en Argentina (oscilaría entre el 30 y el 33 por ciento) pero no es hegemónico: desde la vuelta a la democracia fue derrotado dos veces en las urnas, en 1983 y en 1999, por el radicalismo que, si bien tiene menos votos propios, ya demostró que puede formar una coalición vencedora. Claro que para eso debería producir un liderazgo que fuera capaz de, por un lado, hacer olvidar el final desastroso del gobierno de Fernando de la Rúa, y, por el otro, reunir el voto que no es peronista.

El "No Peronismo" (que es un sector mayor, más rico, más moderno y más complejo que el "antiperonismo"; en todo caso, los "gorilas", para utilizar un término re-actualizado por el Gobierno, serían apenas un sub-sector dentro de él) es un filón importante: sin ir más lejos, en la última elección, durante el apogeo del kirchnerismo, Cristina Kirchner ganó con claridad pero tuvo menos votos que todos sus competidores juntos; no llegó al 50 por ciento más uno.

Todo ese sector sigue vacante pero en las últimas tres semanas el protagonismo de Julio Cobos lo convierte en un serio candidato para lograr lo que, por razones distintas, ni Lilita Carrió ni Mauricio Macri han podido hasta ahora: representar al No Peronismo y liderar una coalición electoral con posibilidades de vencer.

Claro que la tarea de Cobos no es fácil y está plagada de espinas. No sólo tendrá que vérselas con Néstor Kirchner y el aparato oficialista sino también con los peronistas anti K, apenas Eduardo Duhalde, José De la Sota, Carlos Reutemann, Carlos Menem y los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Sáa, entre otros, lo visualicen como un rival de peso.

Además, la UCR está en manos de sus adversarios y él prácticamente no tiene partido tras encabezar a los radicales que se aliaron con los Kirchner.

Sin embargo, Cobos cuenta con varias cartas a favor: fue gobernador de una provincia importante y compleja como Mendoza; cae bien en los sectores medios, los más irritados con el estilo agresivo del "kirchnerismo"; no tiene un discurso apocalíptico y muestra una voluntad de poder que puede seducir a los radicales que quieran ser elegidos en los próximos comicios.

Más allá de cómo le vaya, la irrupción de Cobos es saludable para el sistema político porque enciende una luz verde a la demanda de alternancia de los sectores medios, que en Argentina son claves para determinar el humor de la opinión pública.

Hasta hace tres semanas, ese malhumor fue capitalizado por la protesta del campo. La canalización del conflicto hacia el Congreso cambia el escenario y provoca la aparición de nuevos actores, como los líderes agrarios más lúcidos ya lo han notado.

*Editor del diario Perfil.