La disputa política de las últimas semanas es por un hecho ceremonial, casi simbólico. La presidenta saliente, Cristina Fernández de Kirchner, quiere traspasarle el mando a su sucesor, Mauricio Macri, en el Congreso de la Nación. Y el mandatario electo aspira a realizar el acto en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno.
Esta última riña del kirchnerismo encierra, como siempre, una disputa política: la jefa de Estado desea despedirse en un Congreso rodeada de sus partidarios, mientras que el líder de Cambiemos busca evitar los posibles abucheos de los militantes de La Cámpora.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, intentó zanjar la discusión argumentando que la Constitución Nacional le da la razón a Cristina. Pero la disputa se origina porque sólo una parte del acto protocolar está reglamentado por la ley.
En su artículo 93 (sección segunda, capítulo primero), la carta magna de Argentina sostiene: “Al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias religiosas, de ‘desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina’”.
Sin embargo, el traspaso de los atributos presidenciales (el bastón y la banda), es una cuestión protocolar no regulada por la ley. Es, en otras palabras, una costumbre. Para este acto, como señala el sitio Chequeado, debe estar presente el escribano general de la Nación, Natalio Etchegaray. Por tradición, esta parte se realizaba en el Salón Blanco de Casa Rosada.
La costumbre cambió cuando Eduardo Duhalde le cedió el mando a Néstor Kirchner, en 2003. Como había sido elegido presidente no por el voto popular, sino por la Asamblea Legislativa, Duhalde consideró apropiado hacer la entrega del mando ante el Congreso. El santacruceño mantuvo la costumbre cuando le entregó el mando a su esposa, en 2007. Y Cristina hizo lo propio cuatro años después, tras ser consagrada con el 54% de los votos, cuando hizo que su hija Florencia le diera los atributos.