Cristina endureció su pelea con el agro, criticó a la clase media y elogió "al pueblo que no insulta ni corta rutas"

Luego de la realización de un minuto de silencio por la muerte del joven tucumano que perdió la vida cuando una lámpara cayó sobre su cabeza, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner comenzó su discurso ante una multitud de manifestantes que se acercaron a la Plaza de Mayo para "defender su gestión".

"Sabía que como Presidenta de la República iba a tener que dar una gran batalla. Lo supe cuando me comprometí ante todos ustedes a profundizar la transformación y el cambio que ese hombre que está ahí, mi compañero de toda la vida había comenzado en 2003", comenzó su alocución, señalando al ex presidente Néstor Kirchner, uno de los responsables de la convocatoria al acto.

La mandataria recordó que cuando habló al pueblo el 1 de abril "creía realmente que estaba ante la batalla por la redistribución del ingreso", pero luego, cuando comenzaron a pasar los días y "veía que desde una sector de la sociedad, desde una corporación, cuatro personas a las que nadie votó, a las que nadie eligió se reunían deliberaban, decidían y comunicaban al resto de los argentinos quiénes podían andar por las rutas y quienes no", comprendió que "estaba ante una situación muy diferente" donde el cuestionamiento ya no era "retenciones sí o retenciones no", sino que " se estaba socavando en la misma construcción democrática, esa que nos dice que son los representantes del pueblo los que deciden, deliberan y ejecutan".

Para la presidenta "esas cuatro personas, llevadas por la dinámica de las corporaciones que muchas veces no pueden ver más allá de sus propios intereses sectoriales, no se dieron cuenta de lo que estaban haciendo".

"Además empecé a ver a algunos que parecían colarse en esos reclamos y que no cuestionaban las retenciones, simplemente nos insultaban por haber instalado la lucha por los Derechos Humanos en el escenario", señaló y aseguró que "esos colados de siempre tratan de acercarse cuando hay conflicto pero no se dan cuenta que es la historia y el pueblo quienes derribaron el muro de la impunidad".

Según la presidenta, gracias a la crisis global de alimentos "estamos ante una gran oportunidad histórica" porque "por primera vez" los países del primer mundo " necesitan más de nosotros que nosotros de ellos". Por eso, llamó a los argentinos a ser "inteligentes" y dejar "de mirarnos el ombligo" como hace "cierta dirigencia argentina cuando se frustra el voto popular".

Refiriéndose a la clase media, Fernández de Kirchner indicó que "muchas veces a través de pretensiones culturales terminan actuando contra sus propios intereses" que son "los de los trabajadores" y los de " los que no pueden girar dólares al exterior". Por eso, consideró que "tenemos que aprender a mirar mas allá de lo que nos muestran, tenemos que comenzar a mirar con nuestros propios intereses y dejar de lado los cantos de sirenas".

"Tenemos que aprender que muchas veces puede haber diálogo, discusión y debate y ojalá acuerdo; pero también sabemos que dialogar puede ser no estar de acuerdo. Hay que procesar democráticamente las diferencias. Con tanto golpe de Estado creemos que todo se acuerda con intolererancia, cacerola, golpes o cortes de ruta", señaló.

"Quienes quisieron mandarnos a todos los argentinos por dónde debemos pasar y por dónde no, estuvieron confundidos. Les pido que en nombre de la democracia y de la constitución que liberen las rutas y dejen que los argentinos volvamos a producir y trabajar", exhortó la primera mandataria. .

"Debemos entonces tenderle la mano y llamarlos a la reflexión en nombre de los millones de argentinos a los que todavía les falta seguridad, paz, pan y trabajo, en nombre de los que todavía sufren", expresó.

"Esta es una plaza del amor y de los sueños. Simplemente vinimos a contar nuestras ideas del país que soñamos. A los que crean que lo pueden hacer mejor que nosotros los invitamos a que democráticamente se constituyan como partidos políticos y reclamen el voto del pueblo", concluyó.