El vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, se paró ayer por quinta vez frente al micrófono en la puerta de la Fundación Favaloro para transmitir el estado de salud de la presidenta, Cristina Kirchner, que fue operada el martes tras sufrir un traumatismo de cráneo y sigue internada allí. En sintonía con lo que había dicho el viernes, el funcionario afirmó que la jefa de Estado está de “buen ánimo, muy bien, hojeando libros y en plena recuperación”. El parte fue firmado por Facundo Manes, director del Instituto de Neurociencias de la Fundación; y por Gerardo Bozovich, director del sanatorio.
Hoy, la Presidenta recibiría el alta de la Fundación y sería llevada a la quinta de Olivos.
Scoccimarro había advertido el día anterior que la Presidenta caminaba por la habitación, que había visto dos películas con su hermana Giselle, y que los estudios a los que la sometieron postoperación habían arrojado resultados normales.
El martes, Cristina Kirchner fue operada por un hematoma subdural crónico. Se trata de la acumulación de sangre en la capa exterior del cerebro. Esto ocurre, por lo general, por un golpe en la cabeza. Ese golpe, reveló el sábado Scoccimarro, se produjo el 12 de agosto, un día después de las elecciones primarias. La circunstancia del golpe sigue siendo un misterio, aunque el candidato a diputado nacional, Martín Insaurralde, dijo que la Presidenta se cayó cuando iba a recoger un regalo para su nieto Néstor Iván.
Cristina ingresó el sábado a la Fundación Favaloro para estudiarse una arritmia, pero al quejarse de una cefalea la revisaron y le detectaron el hematoma subdural. Volvió a Olivos con la esperanza de que la acumulación de sangre se drenara sola, pero el domingo sintió hormigueo en un brazo y eso derivó en su internación para una intervención quirúrgica.
Si bien los partes indican una evolución favorable, en el Gobierno asumen que el reposo de la Presidenta será más largo de lo previsto (la licencia que firmó es por treinta días). Según publicó PERFIL en su edición de ayer, en el gabinete se cree que CFK estará fuera de la gestión al menos 45 días, por lo que pasará la campaña encerrada en la Quinta de Olivos y sin mostrarse. Eso, siempre y cuando, siga las indicaciones de los médicos.
A cargo del Poder Ejecutivo quedó el vicepresidente, Amado Boudou. El viernes, el vice estuvo en El Calafate, “el lugar en el mundo” de Cristina, inaugurando una sede del Banco Nación. Pero Carlos Zannini, el secretario de Legal y Técnica, quiere bajarle el tono al protagonismo del vicepresidente, manchado por el escándalo de Ciccone Calcográfica. Hasta la recuperación total de la jefa de Estado, Boudou seguirá a cargo del Ejecutivo.