Desde lo operativo, el traslado de casi 5 mil gendarmes al conurbano bonaerense, para ampliar las filas de los 6 mil que ya integran el denominado Operativo Centinela, ocasionó apresuradas “reestructuraciones” en algunas unidades de Gendarmería que ya se encontraban con poco personal y en zonas que antes eran clave para el Ministerio de Seguridad. Y desde lo político derivó en la irritación de algunos dirigentes de la oposición que utilizaban a la inseguridad como banderas para sus campañas electorales.
“Nos vemos obligados a tener que tapar continuamente agujeros”, se quejó por lo bajo un comandante mayor de Gendarmería que sabe sobre las consecuencias operativas de los traslados compulsivos. Pero ésta no es la primera vez que los jefes de los escuadrones que Gendarmería tiene en diferentes provincias se ven afectados por no poder cubrir puestos de control o por verse obligados a recargar a sus subordinados con guardias o patrullajes extras. Cuando se creó el Operativo Centinela, en diciembre de 2010, sucedió algo similar en el noreste del país.
Esta vez las unidades más afectadas son las que se encuentran en la Región III de Gendarmería, cuya jurisdicción abarca: Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza y Córdoba. También fue afectada la Región II, con sede en ciudad en Rosario y despliegue en Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes y Entre Ríos.
En la Región II los únicos afectados fueron los tres escuadrones que están en Santa Fe. Por su parte, en la Región III, se afectó al personal destinado en Mendoza y Córdoba. “Decir que se sacó gente de Santa Fe y Córdoba porque están gobernadas por sectores de la oposición, es una lectura equivocada. En Mendoza gobierna el Frente para la Victoria”, explicó una fuente del Ministerio de Seguridad.
El gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, se quejó: “Anuncian que hay un Plan Federal de Seguridad y en lugar de tener mayores respuestas, nos quitan efectivos de San Justo, de Rafaela, de Venado Tuerto”. La senadora nacional por Mendoza, Laura Montero (UCR), presentó “un pedido de informes, porque la Gendarmería en Mendoza “no es una Gendarmería móvil, que va y viene, está establecida, es gente que vive en Mendoza, que tiene sus familias arraigadas en Mendoza y además, que cumplen funciones específicas”, señaló.