POLITICA
DIARIO LIBRE

De nada, cachorro

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La última cruzada del ministro sin cartera Horacio Verbitsky parece ser la de demostrar, con una serie de cálculos tan entretenidos como las Tablas de Houel, que la clase política argentina se ha renovado casi por completo. De allí que decidiéramos, en una columna pasada, aggiornar su seudónimo a los nuevos tiempos: de Perro a Cachorro. Ayer, en su habitual parte del BoletínOficial/12, Verbitsky volvió a afinar su lápiz con estadísticas en un recuadro titulado Gracias Jorge. Los párrafos siguientes le agradecen su gentileza.

Que dos más dos no siempre es cuatro lo vienen demostrando, desde hace años, los números oficiales del Indec. Dispuesto a refutar una sensación con estadísticas, el cachorro se parece a un ministro de la provincia de Buenos Aires que cita encuestas sobre la inseguridad. Llama la atención la dificultad de nuestro interlocutor para percibir una metáfora: "Que se vayan todos" significa terminar con la política de castas, con el nepotismo, con los hermanos y los primos, con las esposas que ocupan cargos por vía cámica o sanguínea. –¡Son todos narcos! –canta "el Pelado" Cordera en Señor Cobranza.

–Son todos primos –se sorprende Giancarlo Giannini en un film de Lina Westmüller, cuando descubre que están rodeados por la mafia. Verbitsky les pediría las partidas de nacimiento para corroborar si la metáfora es exacta. Es una lástima que no haya tenido esa rigurosidad hace algunas décadas para comprobar que la Patria Socialista no estaba a la vuelta de la esquina. Hay un país alrededor de Tecnópolis; pregunten por favor en la calle si no se sienten, desde siempre, gobernados por los mismos, por los mismos privilegiados, por la misma casta de millonarios repentinos, por la misma red de complicidades que hace que los enemigos solo sean parte de un casting electoral.

Comparaciones

El Cachorro compara en su nota del BoletínOficial/12 las primarias argentinas con las elecciones norteamericanas, "no porque me simpatice, sino porque es una de las democracias más antiguas y estables del mundo", se ataja. Llega a la conclusión de que el alto porcentaje de votantes en Argentina se debe a que "los gobiernos de ambos Kirchner se propusieron en forma activa mostrar la más alta consideración por quienes los eligieron y no por el capital". Olvida mencionar que en Estados Unidos el voto no es obligatorio. Horacio dice que espera mi respuesta con ansiedad, para divertirse un poco. No quiero desilusionarlo. Vamos, entonces, a seguir con la comparación con nuestros hermanos del Norte:

1) En plena crisis económica, el gobernador de Arkansas decide sacar del país 500 millones de dólares de fondos provinciales. Va en cana. Lo eligen presidente, y luego a su esposa.

2) El secretario de transporte, Richard James, se compra un avión, aumenta notablemente su nivel de vida, cruza mails extorsivos con proveedores del Estado. Termina en Guantánamo. Lo protegen y lo nombran apoderado en Córdoba del Front of the Victory.

3) Un prestigioso organismo de derechos humanos con sede en Washington, que aporta fondos al CELS, se decide a encarar planes de construcción de viviendas y pone a cargo de la empresa a Jack el Destripador. Las viviendas no se terminan y la guita se evapora. Nombran a un juez que decide que Jack es el único culpable y trata de cerrar el caso. El Gobierno acusa a la prensa de inventar todo.

4) El jefe de la Reserva Federal llega a la Casa Blanca con la camisa abierta y montado en una Harley-Davidson, mientras canta El osito Gominola. Dice que la crisis mundial no lo preocupa y que somos los mejores del mundo. Lo internan. Lo nombran candidato a vicepresidente.

Es evidente que, como sostiene el Cachorro, ambos países somos dos gotas de agua. Aunque, para ser justos con Cristina, hay que aclarar que nosotros somos un poquito mejores: agua mineral con gas.

(*) Columnista de Diario Libre.