Malas noticias para la embajadora argentina en Venezuela, Alicia Castro. Una ex empleada de ese organismo en Caracas presentó una denuncia por “violencia laboral” contra ella, mientras estuvo a cargo de esa legación. La denunciante fue Marta Alicia Oyola, de 60 años, que se desempeñaba como responsable de la contabilidad. Ante la Justicia acusó a la funcionaria de tener una “actitud desquiciada” contra ella y de someterla a “humillaciones, agravios” y acusarla de que “robaba plata”.
Estos maltratos los habría sufrido en los meses en que trabajó en la embajada que dirige Castro. Según el informe elaborado en base a la denuncia, además de Oyola otras 10 personas que trabajaban en la delegación diplomática sufrieron los maltratos de la funcionaria.
En su denuncia acusa a Castro de agregarle cada vez mas tareas, desde “abrir la embajada” diariamente, “esperar el correo diplomático en el aeropuerto a altas horas de la madrugada”, hasta la “mayordomía”. Dice que la hacía trabajar sábados, domingos y feriados “sin compensación ulterior”, y en horarios diarios “que a veces se extendían a doce horas o más”.
Desmentida. A través de una carta de lectores publicada en el diario Clarín, la representante diplomática manifestó su sorpresa por la denuncia y respondió a la acusación que hizo pública en los últimos días a través de los medios el abogado de Marta Oyola. "Me enteré por Clarín.com, del martes 14, de la presunta existencia de una presentación sobre ´abuso laboral´ hecha por una empleada administrativa, Marta Oyola, quien se desempeñó en la Embajada argentina en Venezuela", dijo Alicia Castro en su nota según informó la agencia Télam.
Relató que "dicha empleada se trasladó desde Caracas a Buenos Aires en 2008, a causa de un parte médico, sin mediar mi intervención ni decisión", y enseguida aclaró que "su trato cotidiano era con el ministro jefe de Cancillería, encargado de los asuntos administrativos, y no con la embajadora".
"Sin embargo, recuerdo que Oyola no cumplía con sus funciones de manera eficaz", sostuvo Castro en su descargo, y reveló que la denunciante cobraba nueve mil dólares mensualmente por realizar, entre otras tareas, "la tramitación del correo diplomático".