Un paquerte de casi 100 leyes, fin de ciclo y una insólita rebelión K. Todo esos condimentos tiene la sesión de Diputados. A contrarreloj, el oficialismo y parte de la oposición buscan lograr el quórum, de forma desesperada, para votar proyectos como la creación de la empresa de Yacimientos Carboníferos, la expropiación del hotel Bauen, beneficios para ex trabajadores de Petroquímica Mosconi, Gas del Estado, y Segba que quedaron excluidos del Programa de Propiedad Participada.
Tras la finalización del cuarto intermedio, la presidenta de bloque oficialista, Juliana Di Tullio, le pidió al presidente de la Cámara, Julián Domínguez, un nuevo parate para alcanzar el quórum. “Este bloque y los que están sentados, seguimos teniendo voluntad de sesionar y le pedimos un cuarto intermedio hasta que logremos el quórum”, expresó.
Ante la pregunta de Domínguez sobre cuánto tiempo requería, Di Tullio “le pido el tiempo suficiente para conseguir un diputado o diputada más”.
“Está en juego la dignidad y el futuro de los trabajadores y trabajadoras”, finalizó la jefa de bancada.
La diputada de Proyecto Sur, Victoria Donda, quien aclaró que no estaba de acuerdo con “todo lo que se votaba”, le contestó a un diputado oficialista y afirmó: “Estamos convencidos de que estamos votando leyes que son a favor de los trabajadores y no nos vamos a ningún lado”.
“El proyecto de expropiación del Bauen fue uno de los primeros que presenté, si llegamos a esta sesión accidentada es porque se negaron a discutirlo”, le espetó la diputada opositora.
Los jefes de la bancada oficialistas llevaron a cabo negociaciones febriles para llegar al quórum. Durante el primer cuarto intermedio consiguieron 128 presentes y restó la presencia de un legislador.