La renuncia de Jorge Alvarez al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) que se conoció la semana pasada, despierta –todavía- algunas sospechas y no menos “roscas” para imponer a su reemplazante.
Por un lado, el secretario de Medios Enrique Albistur, impulsa la dupla integrada por Liliana Mazure y Javier Grossman. Por otro, la secretaría de Cultura estaría intentando cubrir la vacante con Tristán Bauer.
Mazure, la candidata de Albistur, es una respetada productora y directora, que fue la mujer de Jorge “Topo” Devoto. El “Topo”, que habría estado ligado a la cúpula de Montoneros, es dueño de la agencia de publicidad Utopía y hombre muy cercano al kirchnerismo, con activa participación en la campaña de Rafael Bielsa en 2005. En la actualidad Mazure está rodando el documental ficcionado 1973, Un grito de corazón.
Grossman sería uno de los habitués en las superpobladas oficinas de Albistur en la Rosada desde que terminó la campaña de Cristina Fernández. Fue uno de los dueños de Babilonia -espacio under de la movida ochentosa-. También ocupó la subsecretaría de Promoción Cultural de la primera gestión de Aníbal Ibarra en el gobierno de la Ciudad.
Por su parte, Bauer tiene una respetada gestión al frente del canal Encuentros y contaría no solo con el apoyo de la secretaría de José Nun sino también con el visto bueno de la Presidenta.
También suenan otros nombres como el del director de cine Ricardo Wullicher y Pablo Wisznia, En medio de tantos nombres, en el ambiente del cine se rumorea que el miércoles pasado habría llegado al Incaa una orden de presentación relativa a documentos sobre el otorgamiento de subsidios cursada por el juzgado de Claudio Bonadío y que esa orden habría producido la salida de Álvarez del ente.