En la crisis del coronavirus esta semana será recordada como la del “sprint” final en la competencia por ser la primera disponible: es que los responsables no de una sino de dos de la inmunizaciones avanzadas, la de Pfizer y la rusa del Instituto Gamaleya, informaron en sendos anuncios de prensa que sus productos “tienen más de un 90% de eficacia a la hora de prevenir el contagio”.
Claro que estas novedades, por ahora, no han sido publicadas en revistas científicas sino que surgen como “cortes de análisis de preliminares, que serán enviados a revisión de pares”. Además, y para no quedarse atrás en esta carrera que –además de salud– también implica un gran negocio, Moderna, otra de las compañías que compite, informó ayer que el organismo regulador de salud de Suiza comenzó a revisar en tiempo real los resultados preliminares de su estudio de Fase III, que realiza en 30 mil voluntarios.
El arranque lo tuvo el lunes pasado el consorcio Pfizer/BioNTech al mostrar un “análisis prelimiar” basado en –apenas– 94 casos, en los que su candidata parece mostrar una efectividad del 90% para prevenir la enfermedad.
Por su parte, el miércoles pasado dos responsables del Gamaleya National Center y del Russian Direct Investment Fund, dieron una charla, a la que asistió PERFIL, en la que revelaron que, tras analizar los resultados sobre 16 mil personas y con apenas 20 casos de Covid, su Sputnik V parece tener una efectividad del 92%.
Más allá de que los números sean promisorios e inyectaran optimismo en forma global, los especialistas recuerdan que todos estos datos no fueron, aún, revisados por otros expertos ni publicados en revistas médicas.
Por otra parte, se trata de cifras “reducidas”. La propia Sarah Gilbert, la investigadora a cargo de la vacuna de Oxford-AstraZeneca, destacó que “estos resultados deben ser interpretados con precaución, debido al pequeño número de casos involucrados. Pero, de todos modos, son estimulantes”.