"Nada de lo que deba ser estatal quedará en manos del estado”. La frase pronunciada por Roberto Dromi quedó inmortalizada como uno de los grandes fallidos de la historia política argentina. Corría 1989, el abogado era ministro de Obras Públicas de Menem y llevaba adelante la privatización de las empresas estatales.
Roberto José Dromi nació el 11 de abril de 1945 en Mendoza. Fue intendente de esa ciudad durante la última dictadura militar entre 1980 y 1981. Entre 1983 y 1989 fue asesor jurídico de las cámaras de Senadores y Diputados de la Nación.
Al llegar al Ministerio de Obras Públicas, designó como uno de sus subsecretarios a Rodolfo Barra, luego juez de la Suprema Corte. Juntos, redactaron la Ley 23.696 de Reforma del Estado, de 1989, que permitió las privatizaciones que llevaron adelante: telefónicas, gas, agua, luz, ferrocarriles, peajes y la petrolera YPF fueron algunas de las que pasaron a manos privadas en los años siguientes.
El 14 de enero de 1991, Menem puso a Obras Públicas bajo la órbita del Ministerio de Economía, y Dromi se quedó sin cargo. Se dedicó a representar como abogado de diversas empresas, y entre 1993 y 1997 fue secretario de Estado para la Reforma del Derecho. Luego asesoró "ad honorem" al presidente.
La justicia lo investigó por la cesión irregular de un campo de 240 hectáreas en General Pacheco a Telecom; en 2008, Dromi y otros funcionarios fueron embargados por 108 millones de pesos en el marco de esa causa.