La encargada de asuntos hemisféricos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Roberta Jacobson, reconoció ayer que la relación con Argentina atraviesa un ”período difícil”. Sostuvo que el litigio con los fondos buitre “no es un asunto político” sino judicial y, en consecuencia, “no debería afectar” la relación entre los dos gobiernos. También se mostró confiada en poder “tener una relación positiva”.
La respuesta, moderada y diplomática, llegó tras la dura intervención de la presidenta Cristina Kirchner en las Naciones Unidas esta semana. La jefa de Estado llevó a Nueva York el discurso de “patria o buitres” y aumentó los decibeles de sus críticas contra los Estados Unidos. Es una estrategia que parece estar mucho más orientada a movilizar la tropa propia en la Argentina que a buscar, con medios diplomáticos, una solución para el caso judicial e impulsar un nuevo marco internacional que regule la reestructuración de deudas soberanas.
Las declaraciones de la funcionaria norteamericana, realizadas ayer durante una conferencia de prensa en la sede de Naciones Unidas, confirman que los Estados Unidos no van a responder con una escalada, algo que debe ser interpretado como un signo de la baja prioridad que tiene el país para la administración de Barack Obama. No hubo respuesta directa a las afirmaciones de la Presidenta y los discursos que realizó ante la Asamblea General y en el Consejo de Seguridad.
En este último foro, donde Argentina participa en calidad de miembro no permanente hasta fin de año, la mandataria presentó una dura crítica a la política de los Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo. Los dardos de la Presidenta continuaron durante distintos encuentros con la prensa en los que criticó, incluso, la operación militar que terminó con la vida de Osama bin Laden en 2011.
También salió a bajarle el tono a la disputa el gobierno alemán, en un conflicto bilateral que se inició por una solicitada que publicó la American Task Force Argentina (ATFA) –un grupo de lobby financiado por los fondos buitre–, con citas de una entrevista al ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, publicada por El Cronista en agosto. Schäuble había declarado hace más de un mes que “la Argentina ha vivido durante décadas por encima de sus posibilidades, no paga sus deudas y está por eso casi aislada del tráfico internacional de pagos”.
Capitanich había dicho que “Alemania siempre ha tenido una actitud hostil hacia la Argentina”. Y agregó: “Esa posición hostil es favorable a los fondos buitre”. El viernes, la embajada en Buenos Aires aclaró que “el Gobierno Federal no toma partido por ninguna de ambas partes en el pleito con sus holdouts”. Ayer fue el turno del propio Schäuble quien comunicó a través de los voceros de su cartera “mantuvo siempre una relación amistosa con Argentina”. También insistió en la neutralidad del gobierno alemán en relación al litigio legal.
En tanto, el canciller Héctor Timerman participó ayer de una reunión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en la que se aprobó una resolución de condena a las fondos buitre. La votación fue apoyada por 33 a favor, cinco se pronunciaron en contra y nueve se abstuvieron. Pese a la victoria obtenida, la iniciativa argentina sólo logró apoyos entre países en desarrollo que son mayoría en este Consejo y en la Asamblea General. Pero no ganó ningún voto positivo de países desarrollados, un dato clave porque concentran el mayor número de flujos financieros y sin su aquiescencia será imposible una modificación como la que impulsa la Argentina.
Sin embajador en Buenos Aires
Desde junio de 2015, los Estados Unidos mantienen su representación en Buenos Aires a cargo de un Encargado de Negocios, Kevin Sullivan. Aún no hay una previsión sobre la futura aprobación en el Senado norteamericano del pliego del embajador propuesto por el gobierno de Barack Obama, Noah Mamet.
El momento actual de fricción no ayudará a apurar este trámite por el que también esperan otros países, como Paraguay, Irlanda y Jamaica. En la última tanda de aprobaciones sí se se incluyó a un país de la región, Guatemala, en lo que fue para muchos una muestra de la falta de importancia que hoy tiene la Argentina para el país del Norte.
Mamet es un empresario que figuró entre los principales aportantes a la campaña de reelección de Obama, con quien suele jugar al golf. Fue criticado por los republicanos por su falta de experiencia como embajador.