No es la primera vez que la ex presidenta, Cristina Kirchner, pasa por los pasillos de los tribunales de Comodoro Py 2002 desde que dejó el poder en diciembre de 2015.
Esta mañana, la ex mandataria se presentó ante el juez federal Claudio Bonadio para declarar como acusada de encubrimiento a los iraníes imputados de planificar el atentado a la AMIA, según consta en la denuncia que formuló el fallecido fiscal Alberto Nisman.
Sin embargo, algo cambió en las visitas de la ahora flamante senadora electa por la provincia de Buenos Aires a los tribunales de Retiro.
Aunque Cristina siempre aprovechó cada una de estas ocasiones para poder demostrar el apoyo de la militancia luego de dejar el poder y enviar distintos mensajes hacia el mundo político, ahora, las calles que antes estaban colmadas de simpatizantes, están vacías.
A pesar de que ya no es necesario el apoyo de multitudes de militantes que oficiaban de guardaespaldas dado que la ex Jefa de Estado ahora asiste a los tribunales con los fueros parlamentarios, Cristina comparece en medio de un clima político adverso: luego de su derrota en las últimas elecciones y tras el arresto de su ex ministro, Julio De Vido.
Una de las veces que mayor cantidad de personas convocó la ex presidenta fue cuando se presentó el año pasado, también ante el juez Bonadio, pero por la causa de dólar futuro. En esa ocasión, al igual que ocurrió hoy, Cristina se limitó a presentar un escrito ante el magistrado.
Por unas horas, desde que la ex presidenta llegó hasta que se retiro de Comodoro Py, el kirchnerismo volvió a ser gobierno. Antes, durante y después de la asistencia de Cristina, ese día, los militantes actuaron como agentes de seguridad: para poder ingresar al edificio, tanto la prensa como, el resto de los ciudadanos que necesitaban trabajar y realizar trámites judiciales, había que someterse al interrogatorio de los “guardias” K, quienes filtraban a los “autorizados” o no a pasar.