La sorpresa generada por el cambio del diagnóstico médico de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en torno a un carcinoma papilar que finalmente habría sido un adenoma folicular, dejó paso a una polémica interminable sobre la capacidad profesional de los profesionales de la Unidad Médica Presidencial (UMP).
Mientras la figura del Dr. Luis Buonomo es cuestionada por segunda vez (anteriormente se lo acusó de mala praxis ante la salud del ex presidente Néstor Kirchner), tanto la Casa Rosada como el Hospital Austral defendieron el diagnóstico inicial y reafirmaron la versión del resultado “falso positivo” que puso en la cuerda floja a la Jefa de Estado.
En un comunicado firmado por el cirujano Pedro Saco, el hospital confirmó que la punción inicial practicada a Fernández de Kirchner había indicado un "carcinoma papilar" en la glándula tiroides y que “no había elementos suficientes surgidos del examen que obligara a modificar el diagnóstico inicial ni la indicación de la cirugía programada”.
En consecuencia, los profesionales que atendieron el caso no encontraron " elementos suficientes" que "obligaran a modificar el diagnóstico inicial de carcinoma papilar ni la indicación de la cirugía programada".