POLITICA

El barrio "cantri" de Milagro Sala en Jujuy

Tras la entrevista con Jorge Fontevecchia, Perfil.com muestra por dentro la 'ciudad' comunitaria que levantó la líder Tupac Amaru. Fotogalería. Galería de fotos

Según la Organizacion Barrial Tupac Amaru, en Jujuy han construido 3400 viviendas desde 2003.
| Sergio Piemonte

En una entrevista publicada ayer por el diario PERFIL, la líder de la organización Tupac Amaru, Milagro Sala, respondió a Jorge Fontevecchia sobre su polémico viaje a Punta del Este y se quejó porque no se publican imágenes de las actividades de su agrupación y del barrio de 4.000 viviendas que construyó en Jujuy con los subsidios, en gran parte, que le entrega el gobierno nacional.

El "cantri Tupac Amaru", tal como le llaman, posee viviendas, centros recreativos, cooperativas de trabajo, centros de "integración comunitaria" y colegios que nuclean a miles de jujeños. De hecho, la dirigente posee una imagen de aprobación muy alta entre los sectores bajos de esa provincia. En la entrevista, Milagro Sala explica el valor reivindicativo de llamarle "cantri" al barrio que construyó.

—Analicemos el prejuicio. Mar del Plata, en los años 40 y 50, era comparable a lo que hoy es Punta del Este: el lugar más deseado. Y los sindicatos comenzaron a comprar los hoteles donde antes iban la clase media alta y la clase alta, que tenía un valor simbólico: era ese lugar al que el obrero no podía acceder. Cuando usted le puso Cantri, con ‘a’ e ‘i’ latina, a la puerta del barrio que construyó, ¿fue un gesto reivindicativo de lo que antes era inalcanzable?

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—Exacto. Ahora se puede. Las organizaciones sociales hoy parece que fuésemos, para algún sector, los enemigos de la Argentina. Porque muchas organizaciones sociales, cuando nos pusieron la plata para construir viviendas, no sólo las construimos, sino que construimos el barrio que en algún momento soñamos. Es el barrio donde tenemos la fábrica, donde podemos ir a trabajar sin trasladarnos cuatro o cinco horas. Donde tenemos el centro de salud, la escuela. Donde tenemos también un polideportivo con la pileta de natación. Donde caminamos tranquilos.

—Sí, pero se puede hacer todo eso y no ponerle Cantri o sin hacerle un parque acuático y otro temático con reminiscencias de Disneylandia. Mi pregunta es si hay gestos reivindicativos que tienen un valor simbólico, más allá de lo utilitario.

—Tiene... He vivido en la década del 90. Hemos sufrido atropellos, discriminación. Uno cuando era chica no podía tener una pileta de natación. Todo lo malo que tienen que pasar los padres, no lo tienen que pasar los hijos. Por eso, en el barrio quisimos poner lo mejor para nuestros niños. Un compañero decía: “Ah, yo quiero tener una pileta con la foca, todo eso que hemos visto en la televisión”. Hagamos una foca. Todo el mundo, todos los que trabajan dentro de la Fundación, pusieron cuál era la idea de lo que quería cada uno.

—Su sueño.

—Exactamente. Cada parte de nuestro barrio tiene el sueño de cada compañero. Una compañera que vino muy mal de Buenos Aires por trabajar en una fábrica textil, decía: “Qué mal la he pasado, cómo me explotaron. A mí me gustaría tener una fábrica textil para que hagamos...”. Y le dijimos: “Podemos tener una textil”. Y lo hicimos.

—La fábrica tiene una lógica utilitaria y material. Ponerle Cantri, no: es simbólico.

—Reivindicativo. ¿Quién puso “Bienvenido al Cantri del Autoparque”? Los mismos jóvenes. Y lo hicieron en un tono desafiante. Fue una discusión, porque ellos dijeron: “Así como los ricos tienen su propio country, un lugar privado donde nosotros no podemos entrar, este lugar es nuestro”.

—Como le decía, simbólico.

—Sí. Nosotros no renegamos de cierta clase de ricos y blancos. Porque hay ricos que se han roto trabajado toda una vida. A ellos les tenemos muchísimo respeto. Los ricos que nosotros no queremos son los que se hicieron ricos a costas de los que menos tienen, y haciendo política. Sentados en una banca desde que son jóvenes hasta el día que se mueran.

—Que lucran con el Estado.

—Exacto. Y que nunca han presentado una declaración jurada verdadera. Y, por supuesto, tienen testaferro, testaferro, testaferro y testaferro.

(...)

—Cuando se publicó su foto en Punta del Este en Perfil.com yo estaba fuera de la Argentina, pero me contaron que se quejó muy fuerte y que incluso habló mal de mí. Antes de terminar el reportaje me gustaría que usted pudiera realizar todas las críticas que me correspondan.

—No de usted. Dije Perfil, no dije Fontevecchia. No me molestó, me inquietó mucho lo que dijo Perfil.

—¿Algo que criticarle a PERFIL entonces?

—No. Yo no tengo nada que criticarles. Mis respetos a ustedes porque tuvieron la valentía de venir a Jujuy y ver la obra. Porque una cosa es criticar y decir “Dicen en Internet esto…”, y siempre dicen lo que dicen los demás, y nunca vienen a verificar. Por eso dije: “Si Perfil viene a Jujuy y ve la obra nuestra, yo no tengo ningún problema de dar la nota”.

Lea la nota completa en la edición impresa del diario PERFIL.