POLITICA

El caso del asesor violador: la obsecuencia militante versus las capacidades para el cargo

Por Luis Gasulla(*)| La situación deCarlos García Muñoz vuelve a poner en el tapete la doble vara del kirchnerismo a la hora de elegir o criticar a quienes no piensan como ellos.

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El nombramiento en la secretaría de Derechos Humanos de Carlos García Muñoz, condenado en España por violación, no debería sorprender a nadie. En la Argentina kirchnerista es más fácil conseguir un empleo público presentando el prontuario que el currículum, excepto que el postulante sea crítico de la Señora Presidenta.

Es el país de la doble moral y el gobierno de la solidaridad selectiva. A los propios se les perdona todo, desde una violación a un asesinato por cuestiones políticas, un botín de dinero o vaya a saber qué razón. Es la teoría del idolatrado ex juez de la Corte Suprema, Eugenio Raúl Zaffaroni.

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Vaya paradoja que el penalista más exitoso del país descrea de las penas y los castigos. El también asiduo invitado televisivo en los medios públicos, ha elaborado varias de sus sentencias más polémicas con la colaboración de uno de sus asesores estrellas: Jacobo Isaac Grossman. Zaffaroni conoció a su futuro asesor a mediados de los ochenta, en la cárcel de Devoto, lugar en el que cumplía sentencia por el secuestro y asesinato del hijo de un empresario de una multinacional.

Eran tiempos en los que compartía pabellón con otro célebre preso: Sergio Mauricio Schoklender. Años más tarde se reencontrarían disfrutando los beneficios del poder. El primero, Grossman, llegó a representar legalmente al vicepresidente de la Nación en una de las varias causas judiciales en las que estaba comprometido.

Al citado Boudou tampoco se le exigieron antecedentes a la hora de acceder a los más importantes cargos públicos. La militancia se paga y bien. El rey de las discos marplatenses fue ascendiendo peldaños con su sonrisa fácil y su obsecuencia a prueba de todo.

El otro amigo en común, el mayor de los Schoklender, también supo codearse con los funcionarios más importantes de la década ganada. Manejó más de 1.260 millones de pesos de la obra pública y, cuando estalló el escándalo en la Fundación Madres de Plaza de Mayo, se convirtió en el chivo expiatorio ideal. Otro ex presidiario, conocido de ambos, hasta hace poco gozó de un importante contrato en el Estado dependiente de un programa de inclusión social bajo la órbita de la cultura.

La otra cara de los presos “políticos” o pseudo políticos, son los delincuentes que critican al gobierno. Eduardo Vázquez, ex baterista de Callejeros que prendió fuego a su mujer, Wanda Taddei, disfrutó de salidas transitorias y fue fotografiado como un símbolo de la militancia y de la resistancia K. Vaya a saber a qué. Desde algún lugar, Omar Chabán, se estará riendo o no, de la paradoja. Su situación no fue tan privilegiada. Crítico del gobierno, pasó meses enteros solicitando asistencia médica fuera de la cárcel. “Murió de tristeza” aseguró su hermano tras el fallecimiento del creador de Cemento y República Cromañón. Chabán no soportaba haber habitado la misma celda que el dictador Jorge Rafael Videla.  

Al fiscal federal, Alberto Nisman, que denunció a la Presidenta de la Nación y a varios de sus protegidos, por encubrir al atentado más siniestro de la historia argentina, lo mataron mediáticamente en vida y terminó muerto. Sólo cuatro días después de contar su verdad en televisión. Es el día de hoy que, desde el oficialismo, se mansilla su vida pública y privada.

El empleado informático, Diego Lagomarsino, fue juzgado previamente por la Presidenta de la Nación en Facebook. Dicho sea de paso, habrá que darle la razón al periodista Lucas Carrasco, que pidió, allá lejos y hace tiempo, que nombren a Cristina “reina del Facebook”. ¿Qué hubiese pasado si Lagomarsino, en vez de ser un acérrimo crítico y puteador serial de la Señora Presidenta, fuera un militante de la gloriosa juventud camporista? Su suerte sería otra, sin dudas. Pero el “amigo íntimo” de Nisman, como dijo con cierto sarcasmo y morbo, Cristina, cometió el imperdonable pecado de escribir en Twitter contra el modelo nacional, popular e inclusivo. A los enemigos, ni justicia.

Carlos García Muñoz podrá ser el más eficiente de los empleados públicos o poseerá el mejor de los CV. No lo sabremos. Lo cierto es que, seguramente, elogia a la Presidenta de todos y todas. ¿Hay algo más importante?

 

(*) Especial para Perfil.com | Twitter @LuisGasulla