El Banco Central reconoció la semana pasada que la firma Sasetru, la principal empresa de alimentos de la Argentina hasta que terminó despedazada por la dictadura y un interminable proceso de quiebra, hace dos décadas que no le debe nada. El dato ratifica un escándalo. Tres semanas atrás, PERFIL había revelado que la causa de quiebra se mantiene abierta hace más de tres décadas y, mientras tanto, los síndicos y sus socios cobran millonarios honorarios. Ahora resulta que el Banco Central, que aparecía como principal acreedor, no lo es desde 1993. Todo lo contrario a lo que se dijo en la causa durante más de veinte años.
Los dueños de Sasetru primero fueron presionados por las autoridades económicas de la dictadura para que se presentaran a quiebra, una medida que favoreció a otras compañías molineras y financieras, y luego quedaron atrapados en una trama de complicidades en la Justicia Comercial.
Este año, Jorge Salimei, hijo de uno de los dueños, y un grupo de veteranos trabajadores que pasaron parte de su vida en la empresa presentaron ante el juzgado a cargo de Rodolfo Canicoba Corral una denuncia por “delito económico de lesa humanidad”. Los principales acusados son los aliados del entonces ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz y Alejandro Reynal, que en aquellos años manejaba los hilos del Banco Central. Pero también contra los responsables de mantener desde los 80 hasta el presente una quiebra abierta en la Justicia Comercial.
Y es en ese contexto donde la carta enviada por el Banco Central el martes pasado resulta determinante. Lleva la firma de Jorge Viviani, gerente principal de Asuntos Legales y de Mariano Basile, gerente legal de Liquidaciones y Recuperos del BCRA. Y ratifica que, en contra de lo manifestado por los síndicos del fuero Comercial, el Banco no es acreedor de ninguna deuda de Sasetru. “La Carta demuestra que hay 12 edictos en el Boletín Oficial, o resoluciones y proyectos de distribución falsos a lo largo de 19 años”, expresaron los denunciantes ante Canicoba Corral. Si no hay acreedores, no hay proceso de quiebra que justificar.
Claro, tampoco honorarios.
La presentación del Banco Central confirma que Sasetru es el mayor y más prolongado fraude de una quiebra en la historia comercial argentina. Y no habla sólo de un pasado de autoritarismo sino de un presente de corrupción en ámbitos donde, paradójicamete, se espera que se imparta Justicia.