La posible red de corrupción tejida entre la Argentina y Venezuela para realizar negocios sigue siendo noticia. Los diputados de la oposición que dominan la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados quieren lograr que algún empresario que haya participado del asunto hable del tema y brinde precisiones sobre esas inusuales comisiones del 15 por ciento que se pagaban en Miami.
Entre esta semana y la próxima, según informó Clarín, los diputados tratarán de conformar una lista de empresarios a los que invitarán a que brinden su testimonio secreto en el Congreso. “No queremos que sean muchos. Queremos que sean los necesarios para avanzar”, explicó uno de los legisladores. Para eso, en la Comisión esperan contar con la colaboración tanto de Sadous como del ex defensor del pueblo, Eduardo Mondino.
El ex embajador en Venezuela ratificó la existencia de una “embajada paralela” manejada por funcionarios del Ministerio de Planificación al declarar la semana pasada, y reiteró que varios empresarios le habían manifestado sus sospechas sobre las abultadas comisiones que debían abonar para vender sus productos a Venezuela.
El rol Mondino. El ex defensor del pueblo investigó este asunto en 2007, a partir de una denuncia anónima que le llegó a su despacho de ombudsman de la Nación. Recopiló antecedentes y documentación sobre la operatoria y pidió explicaciones a 23 empresarios. Todos le aseguraron que el pago de las comisiones era “voluntario”. Por eso, el defensor del Pueblo nunca presentó una denuncia ante la Justicia. “No tengo problemas en ir al Congreso y ratificar toda la información que juntamos y que ahora tiene el juez (Julián) Ercolini”, anticipó ayer Mondino al matutino.
Pasado mañana, en la reunión ordinaria de la Comisión se analizará el pedido que la Presidenta Cristina Kirchner hizo llegar a través del canciller Héctor Timerman para que se dé a conocer la versión taquigráfica de la declaración reservada de Sadous. A pesar de que ese pedido tendría el visto bueno de los integrantes oficialistas de la comisión y de algunos opositores, la mayoría se inclinaría por mantener la reserva, como una señal de confidencialidad también hacia los próximos invitados.