El cuerpo del genocida Jorge Rafael Videla no será incinerado y tendrá una sepultura “cristiana”. El secreto será el lugar de su tumba, así lo decidió su familia. Sólo un grupo de íntimos sabrá dónde estará ese lugar, para el resto de la sociedad el cuerpo permanecerá desaparecido.
Del operativo también participaron algunos militares retirados y amigos de la familia. Simpatizantes del régimen, digamos. Algunos de ellos dejaron trascender que el entierro se iba a concretar en el cementerio de Mercedes, donde los Videla tienen una bóveda; otros apuntaban al Jardín de Paz en la localidad bonaerense de Pilar.
El ex militar de 87 años, que encabezó el sangriento golpe de 1976, fue encontrado sin vida el viernes 17 en su celda del penal federal de Marcos Paz, donde cumplía una condena a reclusión perpetua por delitos de lesa humanidad. Cuatro días después la Justicia autorizó la entrega del cuerpo a los familiares, pero recién se lo llevaron de la Morgue Judicial el jueves por la mañana y con destino incierto.
Para sus familiares, el operativo para ocultar el cadáver, tiene sentido. La posibilidad de un “escrache” en medio del entierro era la menor de las hipótesis. El mayor de los temores es que “un grupo comando de La Cámpora haga desaparecer el cuerpo del general”, reconoció a PERFIL un ex coronel que integra la Unión de Promociones, un grupo de retirados de las fuerzas armadas que ayuda a los condenados por delitos de lesa humanidad, aunque ellos los llaman “presos políticos”.
“¿Pero usted qué cree? ¿O usted no cree que este gobierno es capaz de hacer cualquier cosa?”, respondió el oficial retirado cuando este diario le preguntó si estaba seguro de lo que decía. El grupo que lidera el coronel retirado Guillermo César Viola fue uno de los primeros que se acongojó con los deudos del dictador.
En el Gobierno aseguran que no tienen “ni idea” sobre el destino final del cuerpo de Videla. En el Ministerio de Seguridad dicen que la familia del militar no pidió custodia, aunque señalan a la cartera vecina de Justicia cuando explican que el Servicio Penitenciario Federal depende de ellos.
“La familia de Videla se dirigió a Justicia”, se escuda un funcionario de alto rango del ministerio que conduce Nilda Garré. En el Ministerio de Justicia lo desmintieron.