El piso mínimo asegurado de asistencia de un cumpleaños de Antonio Cafiero lo aporta la familia: con diez hijos –cinco mujeres y cinco varones– y varias decenas de nietos y bisnietos, es difícil que el veterano dirigente peronista no consiga una buena convocatoria.
Pero en esta ocasión, además, el hombre cumplía 90, y por eso su casona de San Isidro estaba repleta. A los invitados familiares, como es tradición, se sumaron referentes de todos los espectros del justicialismo.
Muchos de ellos, de hecho, priorizaron este brindis a la cita en la Casa Rosada, donde CFK anunció el aumento de las Asignación Universal por Hijo. Entre quienes hacían cola para saludar a Cafiero estuvieron Daniel Scioli –que llegó con su propio fotógrafo–, Carlos Tomada, el juez de la Corte Suprema Juan Carlos Maqueda, Julián Domínguez, Agustín Rossi, Jorge Telerman y Diana Conti.
Nacionales y provinciales, de todos modos, se cuidaron de cruzarse y llegaron con algunos minutos de diferencia como si fueran un matrimonio divorciado. La organización del festejo corrió por cuenta de Santiago y Francisco Cafiero, los dos nietos con actividad política más activa.
Sin bigote y con su mujer se lo vio a Enrique Albistur, que atacó con entusiasmo los canapés y el champagne. A la convocatoria heterogénea, peronista al fin, se sumaron Carlos Grosso, Osvaldo Agosto –histórico vocero de José Ignacio Rucci–, Carlos Kunkel, Eduardo Valdés, Hugo Curto y el ex ministro del Interior Carlos Corach.
"Esto es genial –resumió Osvaldo Papaleo–, porque acá hay lopezreguistas, menemistas, duhaldistas y progresistas". Recién al abandonar el festejo los invitados se merendaban con la noticia de que había habido una cadena nacional de la Presidenta y que había despertado algunos cacerolazos entre los vecinos de la zona.