A los kirchneristas no les da todo lo mismo, o sí: depende de si les conviene o no hacer la vista gorda. Comparan a Griesa con Sarmiento, pero cuando Oyarbide sobreseyó al matrimonio presidencial, Néstor se encargó de defenderlo con una declaración que pinta de cuerpo entero la incongruencia K: " Cuando la Justicia falla algo que no les gusta, es un mal juez", dijo el ex presidente hace apenas algunos días cuando cuestionó a la oposición.
Desde que se desató el conflicto en el Central, los soldados K salieron al cruce de la magristrada que trabó dos causas judiciales que perjudican al Gobierno: el apartamiento del Presidente del Banco Central, Martín Redrado; y el uso de las reservas de la entidad para pagar deuda.
Cristina también le propinó sus reclamos a Sarmiento, a la que calificó de "jueza delivery" por dar curso a todas las denuncias de la oposición: "Tienen la suerte de encontrar alguien que hace lugar a todos los pedidos. La oposición va, pide algo y se lo concede", disparó la mandataria. Pero, ¿cómo? ¿No era que la oposición calificaba de buenos o malos a los jueces según sus fallos? Parece que los Kirchner también.
El que ayer se encargó de hacer una particular comparación para atacar a Sarmiento fue el ministro de Economía, Amado Boudou. Luego de haber acusado al juez Griesa por defender a los fondos buitre, suavizó sus palabras para el magistrado neoyorkino luego de conocerse el levantamiento al embargo de las cuentas del Central en Estados Unidos y de 1,7 millones de dólares que estaban depositados allí. "Es muy diferente a la jueza Sarmiento, que tiene peregrinando al Estado nacional", comparó.
Boudou hace como que se olvida que Griesa aún espera que se tome una resolución final sobre la cuestión de fondo: la autarquía del Banco Central. Y en segundo lugar, las causas de Sarmiento, además de amparar derechos constitucionales, son la muestra más clara de nuestra crisis institucional. Las denuncias que presentó la oposición, independientemente de las buenas o malas intenciones tanto del Gobierno como de las fuerzas opositoras en el uso de las reservas, dejan nuevamente en evidencia el avasallamiento a las instituciones por parte del kirchnerismo.
Evidentemente, los Kirchner no miden con la misma vara los fallos de Sarmiento y Oyarbide. Son incapaces de hacer mea culpa, como cuando le pegan a los ricos y no pueden explicar su propia fortuna; o cuando no reconocen que el uso arbitrario de las reservas hubiese reforzado los argumentos de los fondos buitre. Son expertos en ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
*Editor de Perfil.com