Sobrevivientes, familiares y amigos de las 194 personas que murieron por el incendio en el boliche República Cromañón marcharon hoy desde la Plaza de Mayo hacia el lugar donde hace cuatro años ocurrió la tragedia. Los manifestantes, que estuvieron acompañados por militantes de organizaciones sociales, exhibieron las fotos de los fallecidos, en su mayoría adolescentes, que habían concurrido la noche del 30 de diciembre de 2004 a un recital de la banda de rock Callejeros.
El silencio, la angustia y la emoción por el recuerdo dominaron la movilización que se inició en la Catedral metropolitana, donde durante la tarde se realizó una misa, y finalizó en la Plaza Miserere, a pocos metros del boliche. Allí, bajo un cartel que con la leyenda "en memoria de los 194 ángeles masacrados, volvieron a reclamar justicia para los responsables del hecho, entre los que mencionaron al destituido jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
El "Santuario de Cromañón", predio donde se encuentran objetos personales que pertenecieron a los fallecidos, fue escenario de una oración interreligiosa celebrada por el pastor evangélico Dante Contardi, el sheik Beytullah Cholak, el rabino Sergio Bergman y el presbítero Martín Calcarami.
Las actividades organizadas con motivo del cuarto aniversario habían comenzado anoche en Once con una vigilia y continuaron este mediodía en la Plaza de Mayo, donde se instaló la muestra fotográfica "Vidas Robadas. Sueños en Marcha" en la verja ubicada frente a la Casa de Gobierno.
Luego, los sobrevivientes y familiares asistieron a una misa en la catedral metropolitana, donde el obispo auxiliar porteño, Oscar Ojea, aseguró que hace cuatro años Buenos Aires vivió "su experiencia de dolor más intensa". "No hemos aprovechado la oportunidad de este inmenso dolor para hacer un replanteo profundo de la responsabilidad común en la creación de hábitos de convivencia más humanos", criticó el prelado en su homilía.
Ojea contrapuso esa actitud con la de "muchos de nuestros chicos que murieron ayudando a otros, que en un momento extremo eligieron ayudar a los demás antes que salvarse ellos". En un momento de la celebración eucarística, los familiares encendieron velas por cada uno de las 194 víctimas para acercarlas al altar.
Padres y madres fueron en procesión por el pasillo central del templo, mientras el sacerdote guía recordaba que esa luz "iluminará el camino hacia la verdad y la justicia". Otro "gesto" se produjo en el momento de las ofrendas, cuando se acercaron al altar remeras, banderas y otros objetivos pertenecientes a los jóvenes fallecidos. La misa fue concelebrada por el obispo de Gualeguaychú Jorge Lozano, quien al momento del siniestro era auxiliar porteño y acompañó espiritualmente a las víctimas.
El abogado Javier Miglino, sobreviviente y representante de 40 víctimas de la tragedia, aseguró que el Tribunal Oral 24 que tiene a su cargo el juicio contra más de una decena de acusados aplicará "sentencias muy duras para todos". Además, afirmó que el boliche, tal como surge de testimonios y varias pruebas, era una "trampa mortal" que "de milagro" no provocó más muertos.
La capacidad del local estaba "sobrevendida", no había "matafuegos" como tampoco "hidrantes suficientes", en tanto que las puertas de emergencia se encontraron "parcialmente cerradas" al momento de la desesperada evacuación.
A cuatro años de la tragedia, el 19,5% de las personas que sobrevivieron a Cromañón permanece bajo análisis psicológico, el 46,2% "no realiza pero realizó" un tratamiento médico y el 26,2% nunca hizo siquiera consultas con profesionales. Los datos surgieron de una encuesta efectuada por la Universidad de Tres de Febrero, a pedido del gobierno porteño, a 1573 personas que estuvieron en el boliche la noche de la tragedia.
Fuente: DYN