Esta la madrugada fue clausurado en la ciudad de Tucumán el bar Las Palmas, uno de los que, supuestamente, había declarado persona no grata a los diputados tucumanos que votaron a favor de las retenciones.
En una entrevista concedida a Perfil.com, el dueño del bar, Carlos Fernández Palma, dijo sentirse perseguido por la municipalidad de San Miguel de Tucumán y negó que en su establecimiento haya colocado un cartel de ningún tenor.
"El martes, a las 20.30, vinieron inspectores de la Dipsa (Dirección de Producción y Saneamiento Ambiental) y labraron actas ya que detectaron irregularidades en dos cámaras de frío y en el estacionamiento.
- ¿Cuando fue la inspección anterior?
- Cuatro días antes vinieron también a inspeccionar y no encontraron nada. El estacionamiento funciona hace años y nunca me dijeron nada. Me labraron el acta correspondiente, me dijeron que tenía cinco días para presentar el descargo y se retiraron. Grande fue mi sorpresa cuando ayer, 9 de Julio, regresaron con la policía y una orden de clausura. Al advertir esta situación los clientes reaccionaron y cantaron el Himno. De esa manera los inspectores se retiraron y esperaron fuera del local unas tres horas.
¿El bar siguió trabajando normalmente?
- Sí. Ayer trabajamos todo el día, cerramos aproximadamente a la 1.30 y nos retiramos. Sólo quedó el cajero y el guardia de seguridad. Sin embargo, a las 3.30 me llamó el guardia y le dijo que volvieron los inspectores y colocaron las fajas de clausura. No me dieron los cinco días que por ley tengo de plazo para hacer el descargo.
- ¿Usted colocó el cartel declarando persona no grata a los diputados?
- En ningún momento puse ningún cartel. Yo no sé de dónde salió esa versión. A este bar vienen los diputados, los jueces, funcionarios, vienen todos. Inclusive el sábado estuvo por aquí una de las hijas del gobernador [José Alperovich]. Aquí se los recibe a todos
- ¿A qué atribuye esta clausura?
- Creo que se persiguen, debe ser porque además soy ruralista, pero muchos en Tucumán que se dedican al campo también tienen sus bares. Aquí no respetaron mis derechos. Por ley tengo cinco días para hacer el descargo y recién pueden inhabilitarme. Aquí hicieron todo con una celeridad increíble.
Fernández Palma espera a su abogado. Recibe adhesiones de clientes que se sonríen e indignan al ver la faja de clausura. Los mismos que ayer, cantando el Himno, rechazaron la medida.
*Especial para Perfil.com.