A 48 horas de crear el Registro de Personas y Entidades Sospechosas de Terrorismo (RePET) e incluir a la organización libanesa Hezbollah como primer aporte argentino el día que se conmemoraba el 25° aniversario del ataque a la AMIA, el Gobierno se entusiasmó ayer con haber dado un nuevo salto diferencial que lo pone a la vanguardia regional en lo que respecta a políticas de seguridad, con el aval de Washington.
Dieciocho países reunidos en Buenos Aires para la Segunda Conferencia Ministerial Hemisférica contra el Terrorismo labraron un documento en el que identificaron diversas amenazas en el continente al tiempo que se comprometieron a combatirlas. No solo ponen el foco en Hezbollah, EI, Al Qaeda y otras agrupaciones locales sino también en los escenarios de “debilidad institucional”, como Venezuela, que pueden favorecer la expansión de estas redes criminales.
“Quisiera prestar especial atención a la organización con respaldo iraní Hezbollah, los responsables del ataque a la AMIA. En el cuarto de siglo desde aquella terrible fecha, Hezbollah ha estado activa a lo largo del hemisferio occidental en terrorismo, tráfico de drogas y lavado de dinero”, sostuvo Mike Pompeo, secretario de Estado de Donald Trump, en el arranque de la ministerial.
“Es por eso que quiero elogiar a Argentina por haber designado ayer a Hezbollah como una organización terrorista. Esta acción bloqueará el acceso a su sistema financiero y disminuirá enormamente su capacidad de financiarse a través de la región. Esperamos que otros sigan el liderazgo de Argentina y su ejemplo, porque creo que todos, en este salón, saben que Hezbollah sigue siendo una amenaza”, exhortó el funcionario estadounidense.
El documento recoge las firmas de los representantes diplomáticos de Argentina, Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Jamaica, Panamá, Paraguay y Perú. Por su parte, México, Uruguay y el Comité Interamericano Contra el Terrorismo (Cicte), asistieron como observadores.
En la declaración conviven las urgencias prioritarias para Estados Unidos, como Al Qaeda y EI –Pompeo aludió a una presunta célula desactivada en 2018 en Trinidad y Tobago– y hasta Hezbollah, como parte de la influencia iraní que combate, con menciones a grupos locales. Figura, por caso, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) colombiano, como “una amenaza a la estabilidad de la región” y “las actividades criminales de Sendero Luminoso”, en Perú.
Pero uno de los párrafos más sensibles tiene como eje Venezuela. La citan como ejemplo de aquellas situaciones de “debilidad institucional y conflicto interno” que ciertas organizaciones terroristas pueden aprovechar “para potenciar sus actividades delictivas en la región”.
Por último, los firmantes acordaron avanzar en la integración de sus sistemas de alerta e información sobre seguridad mediante una Red de Puntos de Contacto Nacionales, operativa las 24 horas, los siete días. Y ponderaron la cooperación con actores privados para detectar redes de lavado y vigilar las redes sociales como ámbitos de radicalización y reclutamiento, sin afectar “una internet abierta, libre y segura”.