POLITICA

El Gobierno asume que la recuperación será más lenta de lo previsto

Pasará más tiempo antes que pueda asumir el ritmo que tenía antes de la internación. Debate interno por la forma como se comunicó.

Madre. Ofelia Wilhelm al ingresar a la Fundación. La vigilia kirchnerista.
| Cedoc

En las próximas horas Cristina Kirchner abandonará los dos cuartos que ocupa en el sexto piso de la Fundación Favaloro para refugiarse en la quinta de Olivos, desde donde terminará de recuperarse definitivamente antes de volver a la gestión. Pero el traslado está lejos de significar que se encuentre en condiciones de volver a ejercer con plenitud su rol en el Ejecutivo en pocos días, según coinciden en el Gobierno. Varios funcionarios, con los que mantiene trato diario, revelaron en privado que dentro del Ejecutivo se especula con que el tiempo que pasará hasta que vuelva a tomar funciones es más largo del que se transmite oficialmente.

Ayer, fuentes de la Casa Rosada le confiaron a PERFIL que por más que se le dé el alta este fin de semana, pasarán como mínimo unos 45 días antes de que pueda ocupar nuevamente la centralidad de las decisiones, como ocurría antes de ser internada. Sin embargo, también reconocen que la decisión de suspender el reposo dependerá de ella. En varios despachos del Gobierno estiman –un poco con resignación, pero también con preocupación– que hasta mediados o fines de noviembre el vicepresidente Amado Boudou deberá seguir a cargo del Ejecutivo. “Cristina se recupera bien, pero la operación que tuvo fue delicada, no podrá hacer esfuerzos intelectuales por varias semanas, no estoy esperando que me llame”, describe un ministro y descarta que a la Presidenta se la vea en público durante los 13 días de campaña que quedan hasta la veda, dos días antes de las elecciones legislativas del 27 de octubre.

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Paralelamente, varios secretarios de Estado se quejaron en reserva por el cerco informativo que se montó esta semana sobre la salud de la Jefa de Estado. Bromean, por ejemplo, sobre los furcios del vocero oficial, Alfredo Scoccimarro, que a dos horas de la operación del martes aseguró que CFK había saludado a los médicos y pedido que recen por ella. En realidad, aún se encontraba dormida, sin hablar y recuperándose de la anestesia. Un error que esconde una forma de comunicar poco transparente. “Cristina va a estar cambiada cuando se recupere, se siente sola y además tuvo una operación en la cabeza, eso te asusta y humaniza”, proyecta un ministro, que también cree que los plazos de recuperación la apartarán de la campaña y de casi cualquier toma de decisiones hasta principios de diciembre. Aclara, además, que el Gobierno seguirá funcionando con los ejes que se cristalizaron hasta que ella se internó –tuvo reuniones hasta el viernes y hasta hizo llamados el sábado desde la clínica– sin grandes cambios. “No voy a permitir que Boudou me dé ninguna orden, mi jefa es Cristina”, grafica el funcionario.

El delegado. Desde que el secretario de Legal y Técnica, Carlos “el chino” Zannini firmó el acta que ratificó el traspaso del poder de CFK a Amado Boudou, la mayoría de los funcionarios montaron un quirúrgico operativo para acotar el juego del vicepresidente. El jueves, por ejemplo, a último momento le quitaron protagonismo en el anuncio de un crédito del Banco Mundial para Salud y Educación. Pidieron que la noticia la transmita Hernán Lorenzino –ministro de Economía– en su cuenta de Twitter. 

Otro dato: en la agenda de campaña de la provincia de Buenos Aires habían, al menos, dos actos con Cristina planificados para antes de las elecciones. Uno de ellos, que para el kirchnerismo es representativo, será el 17 de octubre cuando se anuncie el relanzamiento de la fábrica de Siam. Se decidió que Boudou no vaya al evento en reemplazo de Cristina. El vice no figura en la agenda de ninguno de los actos que tiene planificado el primer candidato del oficialismo en la Provincia, Martín Insaurralde.

Fue el domingo a la noche que Cristina Kirchner ordenó ejecutar el traspaso de facultades porque iba a ser sometida a una operación quirúrgica. Fuentes gubernamentales contaron a PERFIL que la jefa de Estado habló con Amado Boudou ese domingo, para explicarle por qué quedaría al frente del Poder Ejecutivo. La licencia que se tomó CFK es por treinta días, sin embargo todo indica que habrá una prórroga una vez finalizado ese plazo, que culmina el 7 de noviembre. Boudou vio a Cristina antes de que se operara.

El primer desafío de Boudou es hacia adentro, donde tiene varios enemigos. El más poderoso es Carlos Zannini, el secretario de Legal y Técnica que, si bien habla por teléfono con frecuencia con el vicepresidente, tiene una relación tirante desde que el ex ministro de Economía fue electo por Cristina como su compañero de fórmula para las elecciones de 2011. El reparto del poder quedó definido con Zannini como el cerebro del Poder Ejecutivo, el interlocutor que baja la línea de qué es lo que se debe hacer y lo que no. Oscar Parrilli, el secretario general de la Presidencia, es el que maneja la agenda a los ministros, inclusive la de Boudou.

 El informe oficial

El vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, se paró frente al micrófono y les dio la buena noticia a los militantes que hacen vigilia frente a la Fundación Favaloro. Dijo que la Presidenta “evoluciona favorablemente”, que se le hicieron controles clínicos y neurológicos y análisis de laboratorio que dieron resultados normales. Agregó, ante la militancia que escuchaba, que se alimenta bien y que comenzó a caminar por la habitación, que está en el sexto piso de la clínica.
Se salió del libreto del comunicado para informar que ayer, CFK vio dos películas, acompañada por su hermana Giselle Fernández, que es médica. Y dijo que está contenta y de buen humor. Las novedades del parte médico aliviaron a los que aguardaban frente a
la clínica.