Con el acuerdo de los gobernadores peronistas y las conversaciones avanzadas con los radicales, la mayor resistencia para la firma de un nuevo pacto fiscal sigue siendo la de Horacio Rodríguez Larreta. Como señal de negociación, el Gobierno redujo de dos a un año el plazo para accionar ante la Corte Suprema o proseguir cualquier reclamo por la Coparticipación, pero esto aún parece insuficiente, ya que la Ciudad pretende que esta cláusula sea quitada del borrador.
“En materia de Procesos Judiciales”, afirma el nuevo borrador, deberán “abstenerse por un período de UN (1) año de iniciar procesos judiciales, y suspender por igual término los ya iniciados, relativos al régimen de Coparticipación Federal de Impuestos, a afectaciones específicas de recursos y transferencias de competencias, servicios o funciones, por hechos anteriores a la entrada en vigencia de este Consenso”. El anterior texto implicaba que las acciones judiciales se detengan por dos años.
Esto significa que el Gobierno de Larreta debe frenar el reclamo actual ante la Corte Suprema. Se trata del recurso de amparo que presentó el 18 de septiembre para frenar la quita de coparticipación que pasó del 3,5% al 2,3%, después de que Fernández decidiera traspasar fondos que recibía Capital Federal a la provincia de Buenos Aires.
El documento completo:
Esta pelea también transcurre hoy en el Congreso, en donde el oficialismo busca aprobar el proyecto de ley que redistribuye los fondos coparticipables entre la Ciudad y el Gobierno nacional.
Las conversaciones por el consenso fiscal 2020 comenzaron a mediados de octubre. Hace un mes, cuando PERFIL accedió al primer borrador, en la Casa Rosada aseguraron que lo que se estaba discutiendo era un borrador abierto a cambios que hoy llevó a reducir el tiempo para iniciar reclamos o retomar los iniciados. “Cualquier punto se puede debatir, menos el del endeudamiento en dólares”, explicaba un funcionario.
Hay una condición que el gobierno nacional no se muestra dispuesto a negociar y tiene que ver con ponerle límites al endeudamiento en dólares de las provincias. Este punto sigue intacto en el segundo borrador al que accedió este medio. “Es un mecanismo para evitar que se repitan errores del pasado que condujeron a muchas provincias a contraer deudas inviables y es un punto en el que no hay espacio para ceder”, aseguran desde el Gobierno, en donde recuerdan que “desde el pago del gobierno macrista a los holdouts, el grueso de las provincias se vieron virtualmente forzadas a recurrir al endeudamiento externo y tomaron más de US$ 12 mil millones, que los en jaque con el default. Lo que lograron con el endeudamiento fue deteriorar el uso de su presupuesto en la asignación de los servicios básicos”.
La otra cláusula del primer documento que prometía generar una profunda discusión, vinculada a la aprobación del impuesto a las grandes fortunas, va rumbo a quedar abstracta porque ya tiene media sanción de Diputados y el oficialismo tiene número en el Senado.
El ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro es el encargado de las negociaciones. No tiene una tarea sencilla ya que el acuerdo de 2019 fue apoyado por la totalidad de los gobernadores y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Los peronistas ya garantizaron su firma y ahora el ministro deberá conciliar con el líder del gobierno de la Ciudad que insiste en que la cláusula judicial sea quitada. En la Casa Rosada aseguran que ya está avanzado el acuerdo con los radicales Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodolfo Suárez (Mendoza).
RAMC