La política del Gobierno frente a Venezuela ilustra ese tenso equilibrio que caracteriza su ‘tercera vía’ en política exterior. Ayer, la doctrina se puso a prueba una vez más con la convocatoria de Estados Unidos (EE.UU.) y sus aliados a una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para tratar una resolución de apoyo a la oposición antichavista y de condena a Nicolás Maduro. La postura se impuso por 20 votos contra cinco y la Argentina optó por la abstención junto con México, Uruguay y otros cinco países.
Un dato curioso es que el actual representante de la Argentina ante la OEA es el ex vicecanciller de Cambiemos, Daniel Raimondi, una de las designaciones que cuestionó el canciller Felipe Solá. El gobierno ya designó al dirigente del Frente Grande Carlos Raimundi para reemplazarlo. No obstante ello, ni Raimondi obedeció aún la orden de retornar ni Raimundi viajó para tomar posesión a la espera de que el Senado trate su nombramiento, muy posiblemente, en las sesiones extraordinarias.
Según confirmaron en Cancillería, la abstención fue decidida desde Buenos Aires y acatada por Raimondi en un giro de posición con respecto a las condenas del gobierno al que perteneció.
El pedido de sesión lo había presentado el embajador de los EE.UU. ante la OEA, Carlos Trujillo, con el respaldo político de Brasil, Canadá, Colombia, Guatemala, Paraguay, Perú y Venezuela (la representación nombrada por el titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó). Adhirieron además los representantes de Bolivia, Chile, Costa Rica, El Salvador, Haití, Honduras y Paraguay.
En sus tres artículos condena “el uso de la fuerza y tácticas intimidantes por parte del régimen de Nicolás Maduro para obstruir el libre acceso de los diputados de la Asamblea Nacional” el domingo pasado, saluda la reelección de Guaidó como titular del cuerpo y reafirma “la necesidad de celebrar elecciones presidenciales incluyentes, libres, justas y transparentes”
El domingo pasado, el cerco policial en torno al Palacio Federal legislativo, en Caracas, y la maniobra del chavismo para designar nuevas autoridades afines en alianza con un sector de la oposición fue repudiada por la Cancillería como una afrenta al “normal funcionamiento del sistema democrático” en un gesto ponderado por Guaidó. Sin embargo, dos días después, le comunicaron a su representante en la Argentina, Elisa Trotta, que le retiraban las credenciales de “embajadora” otorgadas por la gestión de Mauricio Macri. Pese a ello, no descartarían un contacto con Guaidó en calidad de referente de la oposición.
Tampoco hay aún contacto formal con la embajada oficial, con la que nunca se terminaron de romper formalmente los vínculos pese a que no habíalazos durante la gestión de Cambiemos , con lo cual se mantiene esa suerte de relación en stand by. De manera extraoficial, aseguraron a este medio que no se le otorgó el placet a la enviada de Maduro que arribó en diciembre para asumir, en apariencia, el cargo formal. Perfil intentó comunicarse sin éxito con la representación venezolana para confirmar esa información.