Entre inquietud y cautela, el desafuero y pedido de detención de Cristina Kirchner fue motivo central de debate dentro de la Casa Rosada. “Sabíamos del rumor, pero nos enteramos esta mañana del tema. Pensábamos que venía un procesamiento de Cristina pero no la prisión”, confiaron en Balcarce 50 a PERFIL.
La línea que esbozó, en este sentido, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, fue la de mantener “prudencia” e insistir con la idea de que “hay independencia de los poderes”. “La idea es sostener un mensaje institucional”, agregaron las fuentes.
De hecho, de esto se habló en el primer piso, en el despacho del jefe de ministros, donde se reunieron los hombres fuertes de Cambiemos en el Congreso, tanto en Diputados como en el Senado. Peña recibió al ministro del Interior, Rogelio Frigerio y a su viceministro político, Sebastián García de Luca para acordar los pasos a seguir. Si bien la reunión había sido convocada la semana pasada, el tema CFK fue primordial en la charla.
En ese marco, se decidió no incluir el pedido de desafuero del juez Claudio Bonadío en el temario que propondrá el Gobierno para las sesiones extraordinarias. Se trata de un decreto del presidente Mauricio Macri que lanzará en los próximos días. “El pedido de desafuero de Cristina quedó afuera de la agenda oficial para el Congreso”, confirmó uno de los presentes, al salir de la reunión, ante la consulta de PERFIL.
En todo caso, el pedido de Bonadío deberá tratarlo el Senado de manera especial y convocar a una reunión a tal efecto. Es decir, el Gobierno no quiere aparecer como el verdugo de CFK en este contexto de agitación política.
La decisión es, además, un mensaje claro al PJ. Acaso por ello en el despacho del jefe de gabinete estaban Emilio Monzó, titular de Diputados, Nicolás Massot, jefe del bloque del PRO, Mario Negri, presidente del interbloque de Cambiemos, y los senadores Humberto Schiavoni, del macrismo, y Luis Naidenoff, por el radicalismo.