La tragedia en La Plata colocó en una posición difícil a todas las autoridades, en un año clave por las inminentes elecciones de octubre. Pero el político que quedó más golpeado es Pablo Oscar Bruera, no sólo porque es intendente de la ciudad afectada sino sobre todo por su mentira en Twitter, donde aseguró que estaba asistiendo a las víctimas mientras seguía de vacaciones en Brasil.
Sin embargo, no es la primera vez que un temporal lo pone en aprietos. En la inundación anterior que sufrió la capital bonaerense, ocurrida en 2008, Bruera fue acusado de presunta corrupción en contrataciones para socorrer a los afectados. Un empresario denunció una “caja paralela” en la municipalidad, negocios sin licitación, cobro de comisiones y una red de recaudación dirigida por un hermano del intendente.
Poco después de llegar a la intendencia, Bruera lidió con otro ataque devastador del agua. El 28 de febrero de 2008, La Plata padeció un aluvión que afectó a más de cien mil personas. El nuevo jefe comunal había ganado las elecciones el año anterior, alineado con el oficialismo pero enemistado con su antecesor, el actual ministro de Justicia Julio Alak. El municipio repartió alimentos, colchones, chapas y casillas entre los perjudicados.
El escándalo explotó dos años más tarde. Y el encargado de prender la mecha fue Juan Carlos Breglia, un empresario platense vinculado al rubro de la construcción, que había sido proveedor de los elementos entregados a los damnificados por la inundación. En 2010 se animó a hablar con la revista Diálogo Económico, un medio local opositor de la familia Balcedo.
El presidente de Pinturería Direco SA acusó al intendente de no pagarle un peso por sus trabajos y luego ofrecerle una alternativa de pago, en la que el municipio se quedaba con un “porcentaje”. En su denuncia también incluyó otras obras que había realizado. Voceros de Bruera señalaron a PERFIL que no harán comentarios.
En aquella entrevista, Breglia relató los hechos. “En la época de las inundaciones me pidieron casillas. También miles de chapas, que fui entregando en el Mercado, donde se concentraba la ayuda social”, apuntó.
Según este relato, las contrataciones eran manejadas en la práctica por Mariano Bruera, uno de los hermanos del intendente y funcionario de la municipalidad, que hoy es secretario de Gestión Integral de Residuos.
Breglia señaló que luego lo citaron el director de compras municipales, Leonardo Salomone, y el dirigente Diego Drysdale. “Me reuní en Wilkenny (un restobar de La Plata). Me contaron cómo era el mecanismo: ‘De lo que vos cobres, un 10% es para el intendente, para la Corona, y el otro 10 es para mí”.