Esta semana el kirchnerismo demostró que en el Senado todavía le queda un margen de votos propios para conseguir aprobar proyectos importantes, como fue el adelantamiento de las elecciones. Sin embargo, con los resultados del 28 de junio en las ocho provincias que renuevan sus tres senadores quedaría al límite de la mayoría, con el agravante de que algunos apoyos podrían perderse tras las elecciones.
A tres meses de la votación, las estimaciones indican que en Córdoba, Mendoza y Corrientes, el kirchnerismo perdería la mayoría que tiene en la actualidad. Por lo tanto, podría resignar entre tres o cuatro bancas. Por el contrario, en Tucumán el Gobierno se vería beneficiado. Hoy la mayoría la tiene el buzzismo, lo que cambiaría con la casi segura victoria del oficialismo en junio. Vale recordar que en la elección de senadores la mayoría se queda con dos bancas y la primera minoría con una.
El jueves, cuando se definió que las elecciones se adelantaban, el oficialismo consiguió el apoyo de 42 senadores, cinco más de los necesarios. De esos, dos son los senadores del ARI fueguino, que pese a este apoyo no se los puede contar como votos kirchneristas. Otro es el catamarqueño Ramón Saadi, que luego de la derrota en su provincia se alejó del Gobierno aunque todavía no renunció al bloque del Frente para la Victoria. Esto indica que el presidente del bloque del FPV, Miguel Pichetto, hoy cuenta con 39 respaldos, algunos incluso inciertos como Roberto Urquía, Horacio Lores o Elena Corregido. Después de las elecciones, ese número bajaría a 36 o 37. Para el quórum se necesitan 37 senadores.