El Gobierno asume la derrota de la reforma política pero piensa hacerle pagar el costo político al peronismo. La estrategia de la Casa Rosada es impulsar el voto electrónico en provincias afines, como Tierra del Fuego y Neuquén, y utilizar el nuevo sistema como parte de la campaña del año que viene.
La idea del oficialismo es utilizar el argumento de que los gobernadores del PJ, con excepciones, quieren mantener el control de la votación para sostener sus “sistemas feudales”. Y repitiendo eso hasta el cansancio, lograr aprobar la reforma el año que viene, para aplicarla en 2019.
Para la Rosada, son cuatro los gobernadores que la trabaron: Carlos Verna (La Pampa), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Gildo Insfrán (Formosa) y Lucía Corpacci (Catamarca).
Para una fuente del peronismo del Senado, lo que ocurrió con la reforma responde a la necesidad de los mandatarios provinciales de sostener la votación antigua, pero además obedece a un mal clima con la Casa Rosada por el giro de fondos. “Mientras que hay provincias afines a las que benefician, a las peronistas no les giran lo que les prometen. Hay problemas con la coparticipación y con las obras públicas”, sostuvo la fuente.
El Gobierno, mientras tanto, no llevará la reforma política al recinto para ver si la puede tratar sin dictamen porque sabe que no cuenta con los dos tercios necesarios para hacerlo. “Es muy difícil el escenario. Además, tenemos muchas leyes que mandar en extraordinarias”, explicó un funcionario del ala política del gabinete.
Para no pagar el costo político, el peronismo intentará impulsar a principios de año la boleta única en papel, como la que se utiliza en Santa Fe, con el objetivo de mostrarse propenso a los cambios en el sistema electoral.
La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, sostuvo que la “reforma política es necesaria y fundamental para la transparencia electoral”. Y el viceministro del Interior, Sebastián García de Luca, advirtió que el peronismo se niega a tratar el voto electrónico porque no quiere que se modifique “lo que pasa actualmente”.
En tanto, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, vaticinó ayer que el próximo presidente de la Nación será elegido con voto electrónico. “No me asombra, esta ley necesita más tiempo de concientización, creo que en el transcurso del año que viene y el otro vamos a tener esta ley vigente. El próximo presidente va a ser elegido con boleta electrónica”, dijo.
Es en esa línea que trabaja el Gobierno. Mauricio Macri apuesta a terminar su mandato con la reforma política y la boleta electrónica en plena vigencia.n
“No se quiso dar el debate”
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró ayer que el Gobierno impulsará la reforma política durante el año que viene “con paciencia y mucha voluntad”. Para el funcionario, es una obligación del Congreso brindarle a la sociedad un sistema “electoral más transparente”.
“Los argentinos han decidido que quieren cambiar el sistema electoral y quieren cambiar el sistema del voto”, explicó Peña.
“El sistema de voto de papel que tenemos acá en Argentina es uno de los más obsoletos de la región, y el año pasado vimos claramente cómo se vulneró en muchísimos aspectos la institucionalidad”, precisó.
También, cuestionó al peronismo por no haber habilitado la discusión.
“Lo que más lamentamos es que no se haya querido dar el debate, porque no es que se está proponiendo otra cosa, sino que simplemente se está negando la posibilidad de debatir”, analizó.