Habrá dormido poco la noche anterior. “La ansiedad es enorme”, exclamaba en las redes sociales. Lo cierto es que el todavía ministro de Economía, y actual vicepresidente electo, Amado Boudou pasó un día relativamente apacible, a la espera de los primeros resultados que confirmen el secreto a voces desde las elecciones primarias de agosto.
Pasadas las 10 de la mañana, el candidato votó en la mesa 68 de la Universidad Católica Argentina junto a su novia, la periodista Agustina Kämpfer. Pocos minutos más tarde, dedicó algo de tiempo para hablar con los periodistas que lo aguardaban, e incluso bromeó con una posible mayoría K en el Congreso. Consultado sobre quienes alegan que no es bueno que en el Congreso haya un solo “color” partidario, Boudou bromeó: "Color Esperanza (en alusión a la canción del cantante Diego Torres)”. “Está bueno que tenga un solo color", comentó, cómplice.
Asimismo, el ministro destacó que las elecciones se desarrollan en "un clima de un país que crece, que hay mucha normalidad, que no hay como ha pasado en otros momentos, situaciones dramáticas”. “Es un voto en un país que está encarrilado, encaminado", argumentó, en un esfuerzo por no violar la veda, ni tampoco hacer referencias a los entonces contendientes en las urnas.
Cerca del mediodía, el ministro se recluyó en una quinta y pasó el resto de la tarde con amigos, entre los que se encontraban el líder del grupo La Mancha de Rolando, Manuel Quieto, y el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, con quienes compartió un asado y un improvisado partido de fútbol. Allí, había llegado en su Harley Davidson: fue la primera vez que Boudou se dejó fotografiar conduciéndola.
Con el cierre de las mesas, y los primeros resultados extraoficiales, el flamante vice partió hacia el búnker K, para encontrarse con su equipo y con su compañera de fórmula, Cristina Fernández de Kirchner.