Con solo tres meses de sesiones ordinarias por delante, el oficialismo pondrá el pie en el acelerador a partir de la próxima semana para llegar a cumplir antes de fin de año con algunas metas parlamentarias que no está dispuesto a relegar más allá de la continuidad del aislamiento y de la emergencia por el coronavirus.
La maratónica jornada del pasado martes en la Cámara de Diputados, puso al descubierto los crecientes desacuerdos entre el oficialismo y la oposición, pero también dejó en claro que el Frente de Todos no está dispuesto a ceder su agenda de prioridades por las restricciones políticas que pretenden imponerles desde Juntos por el Cambio.
De acuerdo a los planes de la conducción oficialista, la prioridad es comenzar a tratar en la Comisión de Presupuesto y Hacienda el proyecto de Carlos Heller para gravar las grandes fortunas, cuyo debate irá en paralelo a la discusión sobre el Presupuesto 2021 que ingresará también por la Cámara Baja el martes 15 de septiembre.
La Comisión todavía no fue citada y, según comentaron fuentes parlamentarias, confían en que en las próximas horas surja algún nuevo puente para acercar posiciones con Juntos por el Cambio, que insiste con el pedido de sesiones presenciales.
Durante la tarde de ayer hubo algunas conversaciones informales entre referentes del entorno de Sergio Massa y legisladores del radicalismo, pero que quedaron en stand by luego de conocerse la presentación judicial que realizó Elisa Carrió, junto a dos diputados de la Coalición Cívica.
Dentro del combo parlamentario, es sabido que la reforma judicial es el tema que genera más rechazo en el espacio que conforman la UCR, el PRO y la Coalición Cívica, pero el pasado martes asomó otro tema que hasta ahora no había generado controversia y que también está en el Top 5 de metas 2020 del oficialismo en el Congreso: la nueva fórmula jubilatoria.
“No queremos tratar en sesiones presenciales ni la reforma judicial ni la nueva fórmula jubilatoria”, se sinceró una de las participantes de la reunión en representación de Juntos por el Cambio, y sumó un ingrediente que hasta el momento no había generado mayores cruces.
El jefe del bloque del Frente de Todos Máximo Kirchner se puso la discusión al hombro y les aclaró a los opositores que estaba dispuesto a dar la cara y que no temía tratar el tema de manera presencial, pero que las condiciones sanitarias no permitían el regreso de los diputados a sus bancas de manera obligatoria como plantean los antikirchneristas.
Dentro de la bancada oficialista, el hijo de la vicepresidenta es quien usualmente se pone al frente del armado de la estrategia a nivel ideológico, mientras que Sergio Massa está a cargo de las gestiones y las negociaciones con el resto de los bloques. Durante el primer tramo del año, la agenda K logró avanzar con temas de relevancia como la ampliación del Presupuesto 2020, la renegociación de la deuda bajo legislación local y la moratoria impositiva, además de una batería de medidas vinculadas a la pandemia, pero no oculta que avanzará con algunos ítems que forman parte del ideario kirchnerista, incluida una reforma tributaria, y que no está dispuesto a esperar hasta la normalización para iniciar el debate.