Aunque el fragor de la campaña intentará leer los gestos en clave electoral, el papa Francisco recibirá a Cristina Kirchner el próximo domingo con el interés centrado en el futuro de América Latina más que en las coyunturas políticas argentinas. Los salones adyacentes al Aula Pablo VI, un espacio moderno que contrasta con las líneas renacentistas de los edificios del Vaticano, enmarcarán la audiencia programada para la tarde del 7 de junio. Se trata del mismo edificio usado para el encuentro entre el Papa y el presidente cubano Raúl Castro en aquella charla que dejó una frase histórica de un líder comunista: “Si el Papa continúa hablando así, les aseguro que volveré a rezar y regresaré a la Iglesia”.
La audacia papal al interceder en el vínculo entre EE.UU. y Cuba encontrará nuevas réplicas en América Latina. Los lectores de las señales vaticanas trazaron rápidamente un vínculo entre las gestiones de Francisco y las manifestaciones de monseñor Víctor Manuel Fernández, rector de la UCA, a favor de la salida al mar de Bolivia. Fue durante un acto que reunió a académicos chilenos, bolivianos, peruanos y argentinos en Buenos Aires. El jueves, tras dialogar con el Papa, el ex presidente uruguayo José Mujica deslizó que uno de los ejes de la conversación había sido “la integración de América Latina”.
En Chile ya se preparan para resistir las gestiones de un conflicto que se arrastra desde la Guerra del Pacífico. Dos días antes de reencontrarse con Cristina Kirchner, el Papa recibirá a la presidenta chilena Michelle Bachelet. Una hora antes, Francisco se sumergirá en otra zona de tensión en América Latina a través de una audiencia con el venezolano Nicolás Maduro. La sucesión de cumbres con latinoamericanos servirá como plataforma para las giras papales por América Latina. En julio recorrerá Ecuador, Bolivia y Paraguay, y en septiembre visitará Cuba y EE.UU. El segundo viaje debería servir como coronación del acercamiento entre Barack Obama y Raúl Castro que descongeló el último conflicto de la Guerra Fría. Para su paso de julio por Sudamérica, el Papa aún teje reconciliaciones.
En la despedida de su mandato, Cristina Kirchner se abriga en Francisco para mostrarse en un ámbito internacional. Otros espacios están vedados. En la misma gira, por ahora, Cristina Kirchner recibirá un premio de la FAO y se encontrará con el presidente de Italia, Sergio Matarella, quien tiene un papel más simbólico que efectivo ya que el Ejecutivo está a cargo del primer ministro.