POLITICA
la vuelta al llano

El presidente saliente definió al equipo que lo va a acompañar fuera del poder

De Andreis, Torello, el vocero Pavlovsky y el secretario privado Nieto seguirán cerca suyo. Del gabinete, tendrá a Dietrich, Ibarra y Bullrich como incondicionales. El misterio Peña.

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Campeones. El domingo pasado, Macri festejó con su equipo “Cardenales” en la quinta Los Abrojos. | cedoc

Mauricio Macri ya piensa en un nuevo equipo para cuando deje la Casa Rosada. Es que el Presidente volverá al llano, luego de 14 años en cargos públicos. Por ello, se manejará con un núcleo pequeño de colaboradores y no tendrá a su lado a su “otro yo”, el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Fernando de Andreis, actual secretario General de la Presidencia y parte de su familia por opción, será uno de los que siga a su lado. También Darío Nieto, su secretario privado; el vocero y amigo, Iván Pavlovksy; y su amigo, José Torello. Además, un grupo de ministros cercanos: Guillermo Dietrich (Transporte), Andrés Ibarra (vicejefe de Gabinete) y Patricia Bullrich (se encamina a presidir el partido PRO) serán incondicionales.

Tendrá una estructura mínima. En cuanto a sus oficinas, está descartado que ocupe una en la sede del PRO. No tiene apuro aún. Podría alquilar por zona norte. También piensa en un rediseño de la Fundación Pensar, el think tank macrista que albergó al filósofo Iván Petrella, el ex secretario de Comercio, Miguel Braun, y a Francisco “Pancho” Cabrera.

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Bullrich tendrá fuerte ascendencia sobre los equipos de comunicación y la idea que Macri le transmitió a sus espadas legislativas (ver aparte) es que pretende tener un seguimiento por áreas y que se interactúe con el Congreso.

Entre los suyos, Macri desliza que podrá volver en 2023 si el Frente de Todos no logra enderezar la economía. Por ello, ya piensa en su agenda 2020: incluirá viajes al interior y recorridas. También, mostrar sus diferencias en materia de política internacional con Alberto Fernández.

Aunque sigue defendiendo a Marcos Peña, sabe que se alejará y que deberá ocuparse personalmente de los vínculos políticos con dirigentes. Peña no será consultor, pero se tomará unas largas vacaciones (nunca se fue más de quince días) aunque no analiza irse del país: sus hijos van al colegio en Palermo y sería un drástico cambio de vida familiar. Eso sí: saldrá de la línea de fuego. Su vínculo con María Eugenia Vidal ya no tiene vuelta atrás. Y Horacio Rodríguez Larreta lo prefiere lejos de su gobierno.

De todas formas, Macri se quedará con algunos de los que acompañaron a su jefe de Gabinete. Es que, por caso, el equipo de comunicación del PRO lo asistirá en lo que necesite.

Aunque tiene ganas de mudarse a un departamento nuevo  en la Ciudad, a la vez, analiza ir, aunque sea temporalmente, a la quinta familiar “Los Abrojos” en Malvinas Argentinas.

El otro equipo. Pero el equipo político no es el único que le interesa. El domingo pasado su equipo “Cardenales” salió campeón del torneo local en su quinta familiar. Fue su último partido como Presidente. Allí juega un grupo de ex jugadores: Roberto Trotta, el “Negro” Martínez (cuatro histórico de Independiente), y los delanteros Daniel Tilger y el “Tweety” Carrario. Ese mismo equipo empató el jueves en la residencia de Olivos contra el que encabezaron Peña y De Andreis y donde juegan los funcionarios de Casa Rosada. Fue 4 a 4. Una de las estrellas fue Jaime Méndez, el intendente de San Miguel, quien jugó para Peña. El mismo Méndez se venía lamentando: también participa del torneo de “Abrojos” con su equipo “Liverpool”, que quedó segundo. Sebastián Neuspiller –actual Superintendente de Servicios de Salud– fue, como en sus años en Fénix en la Primera D, el gran goleador: hizo 17 y quedó como pichichi del torneo para “Cardenales”. Tilger hizo cuatro. Macri no jugó buena parte del torneo por un dolor lumbar y antes por su rodilla. El domingo pasado pudo jugar el segundo tiempo y hasta metió dos asistencias.

Ritondo, Polledo y Bullrich, parte de sus espadas en el Congreso

Cuando el jueves 7 de noviembre Mauricio Macri llevó a su despacho en Casa Rosada a Cristian Ritondo, diputado electo, ya tenía todo pensado. Además de elegirlo como jefe del bloque del PRO también le encomendó dos tareas clave. La primera, sostener la unidad tanto dentro del macrismo como con los aliados radicales y “lilitos”; incluso intentar sumar algún aliado parlamentario. En segundo lugar, que el bloque de Diputados sea la usina de información clave para seguir el gobierno de Alberto Fernández “online” y tener herramientas para dar la discusión pública tanto en el propio Congreso como en los medios de comunicación.

A partir de allí, Ritondo viene trabajando en que no haya deserciones en el bloque: almuerzos con grupos de diputados, cafés personalizados y diálogo permanente con todos los componentes que, desde el 10 de diciembre, conformarán el interbloque de Juntos por el Cambio.

Ritondo no es el único: también su amiga, Carmen Polledo –quien había presidido la Legislatura porteña dos años en el comienzo de la gestión larretista– es otra de las destinatarias privilegiadas de los pedidos de Macri. Polledo es quien también intenta colaborar para que la unidad se sostenga. A ellos dos hay que sumar a Alvaro González, un peronista que trabaja con Macri desde la Ciudad y que ahora colabora activamente con Horacio Rodríguez Larreta.

En el Senado dos macristas son los aliados fundamentales. Los  principales interlocutores con Macri son Esteban Bullrich –quien presidió la Comisión de Presupuesto y podría pasar a ser el jefe de senadores del PRO– y Humberto Schiavoni, otro de los históricos hombres de confianza del Presidente que tiene a su cargo el sello PRO.

En términos de condicionar al futuro oficialismo, así como en el reparto de cargos para la oposición, pero también pensar en el rearmado de una opción electoral, tanto el interbloque de Juntos por el Cambio en Diputados como en la Cámara alta serán claves. Por ello, con cada uno de los que dialoga, Macri les pide sostener la unidad.