Finalmente el sindicalismo opositor, de la mano de Hugo Moyano (CGT Azopardo) y Luis Barrionuevo (CGT Azul y Blanca), logró retornar al centro de la arena política tras cuatro meses de ausencia y tendrá la huelga que vaticinan desde hace dos semanas. Contarán con el apoyo de la CTA de Pablo Miceli y se prevé que el reclamo se agrave con la realización de piquetes de facciones de izquierda.
Sin embargo, el tejido de alianzas que dispuso el líder camionero no pudo seducir a una de las cartas más importantes de la protesta: los choferes de colectivos. "No creo que tengan el coraje de adherir, el Gobierno los presiona con los salarios y los subsidios", apuntó Moyano, días atrás.
Allí el Ejecutivo jugó muy bien sus cartas y logró un acuerdo con el titular de la UTA, Roberto Fernández. "Estamos de acuerdo con todos los reclamos de las CGT pero lamentablemente este momento vemos la situación económica que vive el país con los fondos buitre y no compartimos el paro, así que no vamos a adherir", afirmó el conductor. Pero Moyano no se quedó de brazos cruzados.
Horas después del anuncio de Fernández, Moyano sumó al paro a una buena facción de choferes de colectivos. Se trata de la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA), cuyo titular sostuvo que "a diferencia de la UTA nosostros sí adherimos a la medida". Silverino Gómez explicó que "el 80, 90 por ciento de los trabajadores no estamos de acuerdo en pagar un impuesto al salario".
Cual tablero de ajedrez, el oficialismo se valió de sus acuerdos con el sindicalismo oficialista y, de la mano de Antonio Caló, logró hacer un anuncio para que no cunda el pánico. El metalúrgico le garantizó que el 75% de los gremios asistirá a sus puestos de trabajo y cumplirá con sus funciones. Desde la CGT Azopardo confían en que esa es una cifra "absurda".
La línea editorial que utilizó el oficialismo ante el reclamo fue vincular al paro de Moyano y Barrionuevo con los holdouts que litigaron en Nueva York. "Los gremios opositores son instrumentos de los fondos buitre, están financiados y bancados por ellos", lanzó Capitanich, días atrás. "Es un pelotudo caro", le replicó el gastronómico. "¿Hace falta responderle a este Fidel Pintos?", remató el camionero.
Es que en las horas previas a comenzar con la medida, Moyano dejó a entrever que pese a los acuerdos que hagan los líderes sindicales con el Gobierno, no serán pocos los trabajadores de base que se sumarán a la huelga.
"La medida va a ser muy importante, creo que el paro será muy fuerte a pesar de la presión, el temor y miedo que intenta imponer el Gobierno a muchas organizaciones gremiales como la UTA, con promesas que seguramente no le van a cumplir", apostó Moyano.
Los reclamos. El jefe de la central obrera Azopardo reclamó a la Casa Rosada "empezar a tomar alguna medida de respuesta a las necesidades sindicales", entre los que figura el pedido para modificar el Impuesto a las Ganancias. Y criticó la "soberbia que despliega permanentemente" la presidenta Cristina Fernández.
El paro nacional tuvo como antesala la protesta por 36 horas que hoy inició la CTA de Micheli y que incluyó cortes de tránsito en distintos puntos del país para reclamar la "derogación del Impuesto a las Ganancias, un aumento de emergencia para los jubilados, además del 82 por ciento móvil para los pasivos y la derogación de la ley Antiterrorista".
Temor por desbordes. Con el antecedente inmediato del paro de abríl, cuando facciones de izquierda encabezaron distintos piquetes que terminaron en disturbios, sindicalistas y funcionarios comenzaron a pasarse la pelota ante un posible escenario de violencia.
El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, no descartó la posibilidad de intervenir ante la realización de piquetes en los principales accesos a la Capital Federal y en otros puntos de alto tránsito.
"Vamos a ver mañana. La última vez eran cortes por todos lados. Eso se ve mañana", aclaró Berni, para luego advertir que "el paro es un derecho constitucional" pero eso "no significa que se tengan que generar acciones de coerción como en el paro anterior: para generar caos hicieron piquetes, no dejaron entrar a la gente que quería trabajar a sus lugares de trabajo".
El que trató de poner paños fríos fue el gobernador bonaerense y aspirante presidencial por el kirchnerismo, Daniel Scioli, al pedir que "se altere lo menor posible la vida de las personas". Y sentenció: "Seguramente siempre hay problemas, siempre hay dificultades, éste es un momento del país que tenemos que tener tranquilidad, comprensión y un poco de paciencia, (porque) las cosas se van a ir superando".
Conciente de la situación, Hugo Moyano le respondió cuando tuvo la palabra en la CGT. "Todo hecho de violencia que se produzca será responsabilidad del Gobierno, porque los trabajadores no producimos hechos de violencia", dijo, para abrir el paraguas.
Lo cierto es que el sindicalismo opositor busca torcerle el brazo al Ejecutivo de Cristina Kirchner en torno a la suba del mínimo no imponible de ganancias y reclama, en caso contrario, una reapertura de las paritarias. Por eso, Moyano alertó: "De no obtener respuestas o establecer canales de dialogo intensificar las medidas de fuerza a partir de la segunda quincena de septiembre".
Por su parte, el partido obrero difundió en un comunicado dónde y a qué hora harán piquetes. Según informaron, cortarán siete puntos clave de acceso a la Ciudad de Buenos Aires. Vea el mapa:
A continuación, un detalle de los gremios que se sumarán a la protesta:
- Transporte de mercadería, recolección de residuos y clearing bancario: esos servicios se verán imposibilitados por el paro del Sindicato de Choferes de Camiones, que conduce Hugo Moyano.
- Colectivos: el servicio podría verse afectado por el paro de la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA), aunque Unión Tranviarios Automotor (UTA) afirmó que no se acoplará a la huelga.
- Trenes: Se adherirán los trabajadores ferroviarios representados por La Fraternidad, no lo harán los nucleados en la Unión Ferroviaria y, en el tren Sarmiento, se sumarán los que integran la seccional Oeste de Rubén "Pollo" Sobrero.
- Subtes: No operarán las líneas B y el Premetro. El resto de las líneas (A,C,D,E,H) funcionarán normalmente.
- Estaciones de Servicio: el paro del sindicalismo opositor, que se extenderá por 24 horas, impedirá la entrega de combustible.
- Transporte aéreo: Las azafatas y aeromozos y los técnicos aeronáuticos de Ricardo Cirielli se sumarán al paro y afectarán el normal servicio de los vuelos. En tanto, los pilotos no se sumarán a la medida.
-Organismos públicos: la actividad en las entidades públicas estará parcialmente afectada por la adhesión al paro de algunos de los gremios del sector que se encuentran agrupados en la CTA disidente de Pablo Micheli.
- Hospitales: sólo habrá guardias mínimas por la protesta parcial de los trabajadores agrupados en ATE.
- Escuelas: las clases también quedarán afectadas por el paro nacional del sindicalismo opositor, al que se sumarán algunos sectores de CTERA, Suteba, FEB y Udocba.
- Bancos: por la adhesión de los trabajadores de La Bancaria no habrá atención al público.
- Justicia: la actividad en los tribunales se verá afectada por la protesta de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEFN).
- Bares y Restaurantes: los comercios gastronómicos no abrirán por el paro de los trabajadores agrupados en el sindicato que conduce Luis Barrionuevo.
- Federación Agraria Argentina (FAA): la organización que preside Eduardo Buzzi, y que también integra la Mesa de Enlace del campo, se sumará al paro para impulsar reclamos del sector.
- Confederaciones Rurales Argentinas (CRA): la entidad rural, que integra la Mesa de Enlace, también participará de la protesta del sindicalismo opositor.
- Peones Rurales: el gremio que conduce Gerónimo "Momo" Venegas también se sumará a la protesta.