La diputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió afirmó este lunes que el cacelorazo del jueves pasado fue contra el "fascismo" del gobierno nacional, y que el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, es "riquísimo", en réplica a que el funcionario había descalificado a los manifestantes por su supuesto alto poder adquisitivo.
Carrió declaró que "a mí me decían 'nena bien', que teníamos que odiar a nuestra clase, y un poco decía esto Juan Manuel Abal Medina (cuando salió a criticar a los manifestantes), quien es riquísimo y su padre es riquísimo, y vive en México, y es asesor de (Carlos) Slim", el magnate de ese país.
"Este gobierno lucha por destruir a la clase media, para dominarnos", fustigó la legisladora, quien, irónicamente, aseguró que "nadie de la marcha tenía Rolex de oro con brillantes, nadie tenía un Hermes de 35 mil euros, eso lo puedo asegurar" para añadir que "hay gente progre que viste bien".
Carrió, en diálogo con Radio 10, analizó sobre la alta convocatoria de la marcha que "frente al fascismo lo que hay es resistencia" y señaló que hubo "una marcha por la libertad y todos tenemos derecho a la libertad, porque está garantizado por la Constitución".
La dirigente destacó el "alma colectiva" de la protesta, y dijo que "tiene que ver con la pérdida de la libertad, ser controlados y amenazados todo el tiempo, y de la AFIP transformada en una suerte de policía secreta".
"Es un reclamo absolutamente democrático, republicano, de vastos sectores de la sociedad", ponderó, para advertir que "mucha gente pobre tiene los mismos reclamos de seguridad porque en las villas o barrios pobres la gente está más indefensa".
"Fue un reclamo no contra nadie, pero sí en defensa del imperio de la ley", añadió. Además, criticó que "hay una elite gobernante que puede hacer lo que quiere, violar la Constitución, robar, y tiene garantías de impunidad, y el resto está controlado".
Al criticar los controles sobre la venta de dólares, aseveró que "el mundo es cosmopolita y cada uno quiere viajar donde quiere; la señora Presidenta antes de asumir, los únicos lugares que conocía eran Nueva York y Miami, y nadie la podía cuestionar por eso".