Daniel Carlos Tomeo, investigado en una causa por lavado de activos y evasión impositiva a través de emprendimientos hoteleros y de la tabacalera Espert por una denuncia presentada por Elisa Carrió, suma ahora un nuevo capítulo: una compañía ubicada en Tierra del Fuego que posee vínculos societarios con la tabacalera del empresario, tuvo como sede un prostíbulo de Capital Federal.
Glisud S.A., cuyas fundadoras son Máxima Correa e Ilda Bellusci -dos ancianas indigentes-, son socias al menos en 75 empresas de Delia Teresa Ordoñez, la jubilada de 76 años que constituyó Espert S.A., la tabacalera de Tomeo, según consignó una investigación de la agencia Télam.
Esta empresa afronta la denuncia presentada por Carrió, que ya motivó allanamientos y el secuestro de bienes y dinero en efectivo. Por su parte Glisud es investigada por la Justicia de Tierra del Fuego en dos causas paralelas (supuesta compra fraudulenta de créditos hipotecarios y por el origen sospechoso de los fondos que con realizó esas operaciones). El primero de los casos reveló que la sede de la empresa era un prostíbulo de Capital Federal.
La investigación analizó lo sucedido en un concurso público donde el Fondo Residual del Banco de Tierra del Fuego ofertó para la venta, a fines de 2002, créditos con garantía hipotecaria pertenecientes a deudores de la entidad bancaria. Glisud se presentó como oferente a través de la apoderada Graciela Teresa D´adamo, una contadora pública que también fue asesora del ex vicegobernador fueguino Daniel Gallo, señalado como el socio de Tomeo.
La justicia fueguina demostró que la oferta presentada por D´adamo incluía datos falsos, como por ejemplo el DNI y su firma. Sin embargo, la propia apoderada declaró como domicilio de Glisud la "avenida Corrientes 1888 e/p, en la ciudad de Buenos Aires", lugar donde según pruebas aportadas a la causa por el testigo Víctor Tela, funcionaba un prostíbulo ya desde 1997.
De acuerdo al testimonio de éste último: "D'adamo utilizaba el estudio contable como pantalla del prostíbulo. Si se llama en horario de oficinas y se pide por 'la contadora' o por 'Glisud S.A.', una señorita le toma los datos y le responde que más tarde la contadora le devolverá el llamado.Y, si vuelve a llamar diez minutos después, y pregunta "por el aviso", la misma mujer le ofrece un detalle de los servicios sexuales que allí se brindan".
En la misma línea, los mismos teléfonos de Glisud fueron publicados para ofertar servicios sexuales a través del antiguo rubro 59 del diario Clarín, entre 2006 y 2007, según se desprende de documentos agregados a la causa judicial que se tramita en jurisdicción fueguina.