“Esta transformación no se va a detener porque Daniel va a ser el presidente de todos los argentinos”, sorprendió Cristina Kirchner durante un acto, ayer, en Santa Cruz. Porque desde que se oficializó que el gobernador bonaerense iba a ser el único candidato del Frente para la Victoria, la jefa de Estado pocas veces lo mencionó en público. Lo hizo una vez, y fue para recordarle su amistad con Mauricio Macri, el 22 de agosto, después de las críticas inundaciones en la provincia de Buenos Aires.
Ayer, a una semana de las elecciones, Cristina Kirchner “bendijo” a Scioli. Para un ministro y para un ex funcionario de mucha confianza de la jefa de Estado, CFK usó la imagen de Scioli para levantar la figura de Alicia Kirchner, que se postula para la gobernación y que tendrá una elección muy peleada con el radical Eduardo Costa. En las primarias, la fórmula de Scioli en Santa Cruz obtuvo casi el doble de votos que la alianza Cambiemos. No fue el amor sino la necesidad.
Otros en el Gobierno creen que el objetivo de la jefa de Estado al “bendecir” a Scioli es que su imagen positiva ayude al gobernador bonaerense a conseguir los puntos que le faltan para lograr una victoria clara en primera vuelta. El temor que predomina en la Casa Rosada es que una diferencia ajustada entre el primero y el segundo empañe un triunfo.
“(Cristina) Tiene una imagen consolidada que está arriba de los 40 puntos. Y la idea es que Scioli pase los 40 puntos con los votos”, explicó a PERFIL otro funcionario. Sin embargo, no todos están de acuerdo en el kirchnerismo. “Los votos que no faltan tienen que venir de peronistas enojados con este gobierno, y eso no se logra con la bendición de Cristina”, opinó un influyente diputado nacional en diálogo con este diario.
Como sea, ayer la jefa de Estado se refirió al gobernador con nombre propio y para elogiarlo. “Vas a entrar en la historia de la Patagonia grande”, le prometió. Agregó: “Va a continuar esta gran obra que hemos iniciado”.
Desde que se presentaron las listas, CFK ya fue tres veces a encabezar actos en el Sur. Quiere asegurarse el triunfo. Después de todo, allí empezó el poder del kirchnerismo y no quiere que en ese lugar se termine.
Un vínculo de tensión
Desde que comparten el mismo espacio político, Cristina se refirió pocas veces a Daniel Scioli. Y cuando lo hizo, en general, fue sin nombrarlo y para criticarlo. Varias veces le enrostró que no presentara su declaración jurada, criticó su capacidad para gestionar la provincia de Buenos Aires, y su relación con los medios corporativos a los que ella cuestiona. El vínculo entre ellos empezó muy mal: en 2005, cuando ella era senadora y él presidente del Senado (era el vicepresidente de Néstor Kirchner), CFK lo acusó a Scioli de montar operaciones de prensa en su contra.
Cuando Cristina lo volvió a elegir como su candidato a gobernador en 2011 –ya sin Néstor– le colocó a Gabriel Mariotto como su vice con el objetivo de condicionarlo. E hizo todo lo posible: hasta retrasarle el giro de fondos para el pago de salarios. Pero al igual que sucedió en 2003, 2007, y 2011, el kirchnerismo recurrió una vez más a Scioli para “continuar” el modelo.
La costumbre semanal de viajar para apoyar a Alicia
El kirchnerismo corre una carrera contrarreloj para ganar la gobernación de Santa Cruz. Allí en donde todo empezó. La candidata para lograrlo es Alicia Kirchner, ministra de Desarrollo Social y cuñada presidencial. Tendrá una elección complicada porque enfrente tiene al radical Eduardo Costa, que marcha muy bien en las encuestas. Para apuntalarla, Cristina ya viajó tres veces a Santa Cruz desde que anunció su candidatura. Ayer, CFK fue a Caleta Olivia, una de las ciudades más adversas al kirchnerismo. Y lo hizo con toda la artillería, incluido Scioli. “Hay un modelo de capitalismo y otro nacional y popular, y a nosotros nos encanta ser populistas”, advirtió Alicia durante el acto. Le queda una semana para someterse a las urnas.