POLITICA
el impacto de la decision

En la Rosada buscan contener el daño

Defensa. Tras la indagatoria, CFK ordenó proteger al vice.
| Marcelo M. Abbate

¿Qué decisión tomará el Gobierno luego del procesamiento del vice? En el corazón del kirchnerismo aseguraban anoche que la presidenta Cristina Kirchner profundizará su estrategia de mantener en el cargo al vicepresidente Amado Boudou, que fue procesado por el juez federal Ariel Lijo.

Pese a los pedidos de la oposición para que el vice dé un paso al costado, ella no le pediría licencia ni la renuncia. Si bien el procesamiento significó un profundo golpe político y simbólico en la imagen del Gobierno, fuentes oficiales aseguran que, dentro de la Casa Rosada, manejan estudios de imagen que sostienen que cada golpe mediático y judicial a Boudou sólo deteriora su propia imagen, pero casi no impacta en la visión que la gente tiene sobre la jefa de Estado. Una consultora privada, que no es la preferida del Gobierno, detectó que el vice tiene 77,5% de imagen negativa, 8,6 % positiva y apenas 0,9% “muy buena”. En cambio, la aprobación de Cristina asciende hasta el 35% de imagen positiva según el mismo sondeo. Aunque otros estudios no dicen lo mismo: según un trabajo de González/Valladares realizado para PERFIL, el 50% de la gente cree que la imagen de Cristina empeoró desde que estalló el escándalo del vice. El 38,6% –quizá el núcleo duro del kirchnerismo más independiente– dice que se mantuvo igual. Es decir, aquellos que la quieren no alteran su opinión por culpa del escándalo Ciccone. El estudio que maneja la Casa Rosada, donde CFK no se perjudica con el Boudougate, sería uno de los argumentos para no correrlo. El otro, es que Cristina piensa que, si van por su compañero de fórmula, luego irán por ella.

“Todo indica que lo van a mantener. Cristina no va a cambiar su forma de ver la situación”, explicó una alta fuente legislativa a PERFIL. El problema es que el impacto para el Gobierno es muy fuerte y puede condicionar la campaña electoral, es decir, afectar a los candidatos del kirchnerismo. En el oficialismo, de todos modos, hay quienes quieren que el vice dé un paso al costado. Pero aquí se trata de una decisión política de la mandataria. Recuerdan los memoriosos que un alto funcionario del Ejecutivo dijo puertas adentro que había que esperar el fallo de la Justicia. “La Justicia ya falló, qué vamos a hacer ahora, ¿criticar a la Justicia? Se tiene que ir”, dijo ese funcionario ayer a PERFIL. Es que Boudou tiene muchos enemigos dentro del gabinete. Los más fuertes son Florencio Randazzo (ministro del Interior), Ricardo Echegaray (titular de la AFIP) y Julio De Vido (ministro de Planificación Federal), además de un puñado de legisladores.

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Desde el llamado a indagatoria, la Presidenta ordenó proteger al vicepresidente. Lo convocó a varios actos oficiales y lo ubicó en la primera fila, en señal de respaldo. Sin embargo, nunca se pronunció sobre la situación judicial de Boudou. Sí lo hicieron los kirchneristas. Ella le ordenó a Amado salir a defenderse. Primero lo hizo en el programa oficialista 6,7,8, después en una entrevista en el canal de noticias TN. Siempre con un estilo avasallador y ofensivo. Le dictó la estrategia judicial. Mientras Boudou decía que iba a ir a declarar y que no apelaría ninguna decisión del juez, ella le ordenó embarrarle la cancha y apelar un eventual procesamiento. Cosa que finalmente hará el viernes, según informó su abogado Diego Pirota. No hay que olvidar que la defensa de Boudou fue colocada por la Casa Rosada. Lo que busca Cristina es ganar tiempo. Si el caso llega a la Corte, podría atravesar el final de su mandato sin ninguna noticia sobre el final judicial de Aimé y con un procesamiento sin confirmar. El problema será entonces para Boudou, que tendrá que afrontar con el próximo Gobierno la causa que hoy lo acorrala. Incluso podría enfrentarse con juicio oral, el peor de los finales.