Luego de casi trece horas de debate, la Cámara de Diputados devolvió a comisión el proyecto de Presupuesto 2011. Eso dilató la definición del tema, en medio de un clima enrarecido en el que se denunciaron presiones y "ofertas" a numerosos legisladores opositores, para que torcieran su voto o se retiraran del recinto. Lo cierto es que la oposición parecía tener horas antes de la medianoche los votos necesarios para rechazar el proyecto oficialista, pero finalmente fue el bloque del Frente para la Victoria el que insistió hasta el final para que se llegara a votación, todo en un marco de incertidumbre y rumores de ausencias y cambios de postura. Finalmente, los bloques opositores hicieron pesar su número e impusieron la salomónica salida del "regreso a comisión", dejando a la sesión sin vencedores ni vencidos.
Como se sabe, la oposición presentó dos proyectos alternativos de Presupuesto, que el oficialismo rechazó de plano y así se llegó a la sesión en un clima de denuncias y sospechas pocoas veces visto. En su habitual equilibrio entre oficialismo y oposición, Eduardo Macaluse (SI) fue el primero que mocionó pasar a un cuarto intermedio, pidiendo postergar la cuestión para la semana que viene.
Enseguida se sumó Felipe Solá, pero cuando Eduardo Fellner consultó a Agustín Rossi, este rechazó esa postergación. "Sabíamos que veníamos a esta sesión a suerte y verdad, sabíamos que podíamos ganar o perder, vamos a votar en contra de esta moción orden, porque considero que se trata de una trampa para que la gestión de la presidenta Cristina Fernández no tenga una ley de Presupuesto, una trampa para que no se vote un plan de gobierno", dijo el santafesino.
La votación de la moción de cuarto intermedio se resolvió con 107 votos a favor y 111 votos en contra, con 11 abstenciones. Fue entonces cuando el Peronismo Federal intentó que esas abstenciones se tomaran como votos en contra, pero Claudio Lozano, de Proyecto Sur, ratificó que las abstenciones de su sector se mantenían en esa condición y el debate prosiguió.
Luego llegaría la parte más caliente de la sesión. "Por primera vez en 16 años voy a pedir una cuestión de privilegio", dijo Elisa Carrió, acusando al oficialismo de "presionar a numerosos diputados con llamados teléfónicos y mensajes de texto". "He visto escándalos de todo tipo en esta Cámara", dijo Lilita, "pero reclamo a la Comisión de Asuntos Constitucionales que investigue las ausencias de los diputados a esta sesión y se verifiquen las causas por las que varios de esos legisladores se retiraron de sus bancas".
Fellner pasó la cuestión a Asuntos Constitucionales y dio la palabra a Federico Pinedo, ya en la ronda final de discursos de jefes de bloque. El legislador del PRO lamentó que "se haya llegado a esta situación", acusó al Gobierno de "querer ignorar todos los límites constitucionales". "Cada uno tiene que hacer lo que se ha comprometido a hacer, a representar a la gente que lo votó", señaló Pinedo, adelantando que su bloque "votaría el proyecto de minoría". Antes de cerrar su discurso, Pinedo dejó en claro que "nosotros vamos a acompañar la investigación de la doctora Carrió".
Llegó el turno de Juan Carlos Morán (CC) pero a poco hablar dio paso a la diputada Chintya Hotton, de Valores para mi País, que sin tapujos admitió que "una persona de esta Cámara que no voy a identificar porque valoro mucho, me llamó para ofrecerme muchas cosas si mi bloque se retiraba, cosa que rechacé. 'Vas a tener proyectos y contratos muchos más importantes que los que tenés', me dijeron". Hotton fue aplaudida por numerosos opositores que incluso se acercaron a felicitarla. "Puedo entender a la persona que me hizo ese ofrecimiento sólo por que sé que está bajo mucha presión", agregó Hotton.
Cuando todavía se comentaba lo de Hotton, una denuncia similar hizo la diputada radical Elsa Álvarez (Santa Cruz). "Quiero poner en conocimiento de esta Cámara que yo también he recibido dos llamadas pidiendome que me retire del recinto y una de ellas queriéndome comunicar con un alto funcionario del Gobierno. Sólo quiero aclarar que mi voto no está a la venta", dijo la legisladora santacruceña.
Fue entonces cuando volvió a pedir la palabra Felipe Solá, insistiendo en el pedido de cuarto intermedio, ya que "notaba que esta Cámara no estaba funcionando bien". "No hice una denuncia porque si uno quiere a la política, trata de no generar ruido por el ruido mismo, trata de no acusar por acusar y ser cauteloso, pero nunca me había ocurrido lo de hoy, que tantos diputados se acercaran a contarme tantas cosas. Y vamos a estarpendientes de aquellos bloques pequeños que se mueven al margen de la oposición y luego hacen la diferencia. Es cierto que los bloques de la oposición hemos tenido ausencias sospechosas, hasta hemos tenido dos internados, por eso pedí un cuarto intermedio", precisó Solá.
Cuando llegó el turno para el discurso de Agustín Rossi, trajo el tema de lo ocurrido en la sesión de la resolución 125, cuando el Bloque K tuvo 18 diputados que votaron en contra. "Nosotros no salimos a acusarlos de la Banelco verde ni de haber recibido nada". Luego señaló que "todos los que estamos acá llegamos, tenemos una trayectoria, tenemos años, tenemos nuestra historia, nadie habla al que no quiere ser hablado", indicó en obvia alusión a lo que había denunciado la diputada Hotton. Rossi rechazó nuevamente el cuarto intermedio y fue entonces cuando Lozano y Carrió mocionaron que el proyecto vuelva a comisión. "Me parece una muy mala señal, una muy mala práctica política, que cuando se está a punto de perder una votación se busquen justificaciones en cuestiones que no tienen nada que ver con la política", precisó Rossi.
"Hablan de los ausentes, a nosotros también nos faltan tres, a uno se le murió el padre y tuvo que volver a Misiones, los otros dos están de viaje, y eso que nosotros les habíamos pedido a todos nuestros diputados que no viajasen, pero dos diputados se fueron por en viajes personales, no autorizados por la Cámara, pero yo no voy a hacer una persecución pública por esos dos diputados, ni voy a decir que hubo alguien que les pagó el viaje para que no estén en esta sesión", agregó.
"Me parece entonces que no es la mejor forma política empezar a escudarse de una votación que la oposición creía ganada, por eso nos dieron el quórum, pero yo siempre dije lo mismo a todos los presidente de bloque que me llamaron, tenemos 114 votos, 115 con el del presidente, entonces no hay que victimizarse cuando las cosas a uno no le salen todo lo bien que uno podría haber pensado", dijo Rossi.
Rossi no quiso aceptar el regreso del proyecto a Comisión, pero la oposición logró entonces 117 votos contra 112, con lo que evitó una definición del tema, al menos hasta la semana que viene. "Hoy hubo Banelco, pero de Cristina Kirchner, no de De la Rúa", dijo Carrió apenas salió del recinto.
El proyecto del Gobierno había sido defendido por el presidente de la comisión de Presupuesto, el kirchnerista Gustavo Marconato, quien aseguró que la propuesta "dejaba claro la continuidad y la profundización de un programa de gobierno" iniciado en 2003, a la vez que apeló "a la responsabilidad de la oposición" para aprobar la iniciativa. Marconato rechazó las críticas opositoras acerca de la supuesta subestimación de las proyecciones, al sostener que "nuestra prudencia fue la base de las proyecciones presupuestarias desde el año 2003". El proyecto de Presupuesto para el año que viene incluye una pauta de crecimiento de la economía de 4,3 por ciento, una inflación de 8,9 y una previsión del tipo de cambio de 4,10 pesos por dólar y pauta el uso de reservas para cancelar deudas por "7.509 millones de dólares".
La sesión especial se inició a las 13 en punto con el quórum formado por el bloque del Frente para la Victoria y expresiones filo kirchneristas más el aporte de diputados de las bancadas del radicalismo, PRO, GEN, socialismo y parte del peronismo anti-K.
La Coalición Cívica y Proyecto Sur se mantuvieron en su posición de no contribuir al quórum y el Peronismo Federal ingresó al recinto segundos después de haberse formado número para sesionar. La posición oficialista fue confrontada por la oposición a través de su dictamen de minoría firmado por el "Grupo A", por medio del cívico Alfonso Prat Gay, quien afirmó que "la subestimación de recursos" que hace el gobierno es tal que habría que pensar "que el crecimiento se va a frenar el año que viene y que la Argentina entrará en recesión". El legislador calculó el excedente de recursos, no contemplado en la propuesta oficial, en el orden de 35 mil millones de pesos (suma que el arco opositor dice que tiene que utilizarse para cumplir con el pago del 82 por ciento móvil en las jubilaciones) y estimó una inflación del 25 por ciento y un crecimiento de la economía del 6 por ciento.