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En medio de su batalla legal con usuarios famosos, Google quiere "educar" a funcionarios argentinos

En las oficinas del buscador hablan de "censura previa" e "industria del juicio" en su contra. El abogado querellante responde. Los nombres de los funcionarios públicos.

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| Fotomontaje Angelus

En las últimas horas Google salio desde su blog oficial para América latina con los tapones de punta contra algunos "funcionarios públicos" argentinos que quieren ser borrados del buscador más popular de Occidente. Es que en la empresa creen que hay una mano negra que intenta imponer "la censura previa" como modelo en la Web. El abogado de los funcionarios en cuestión acusa a Google de contradecirse a sí misma y de querer escaparle a su propia responsabilidad.

El gigante de la web informa que, avalándose en el derecho a la intimidad, "funcionarios públicos han solicitado por la vía judicial a los principales buscadores de Internet la remoción de `todo resultado de búsqueda´, que pueda estar asociado con su nombre, eliminando así cualquier vinculación a medios periodísticos, páginas de opinión, publicaciones en línea, sitios del gobierno nacional donde exista información pública del funcionario o inclusive el mismo sitio Web del poder judicial donde el funcionario en cuestión desempeñe sus funciones (todos estos sitios totalmente ajenos a los buscadores que se demandan)", según enumera Gerente de Asuntos Gubernamentales y Políticas Públicas, en el blog oficial de la compañía.

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Los funcionarios involucrados en la batalla legal son la reconocida jueza María Servini de Cubría, el otro el fiscal general de la Nación Eduardo Miragaya, y el tercero, el camarista Alfredo Rizzo Romano.

En diálogo con Perfil.com, el abogado Martín Leguizamón Peña, representante legal de los tres funcionarios, afirmó que en los tres casos que representa "no hay censura previa porque ya está publicado y al estar publicado no es previa la censura,de todas formas no hay ningún tipo de censura, sino que se trata de eliminar los perjuicios causados a los funcionarios y magistrados". Leguizamón Peña también representa a diversas modelos y actrices en demandas similares contra Google.

Este caso entra en lo que los abogados del gigante de la web en Argentina denominan la puesta en marcha de una "industria del juicio en su contra". Es que, desde hace un tiempo, llegan a las oficinas de Google cartas documento de famosos que exigen se retire su nombre o imagen de las páginas porno resultantes de la pesquina digital.

Para la empresa, más que un acto de protección de la privacidad, esto implica la imposición de una censura indiscriminada  -según palabras de los abogados de Google, María Baudino y Juan Pablo Bonfico- y forman parte de esta "industria del juicio" cuyo rostro visible es Leguizamón Peña. El letrado defiende los intereses de los 108 famosos que demandaron al buscador por un monto de entre 100 y 400 mil pesos cada uno, según le dijo el propio Leguizamón a Perfil.com. En Google hablan de un "modus operandi" que busca quitarles entre 300 y 400 mil pesos en todos los casos.  

Google se defiende diciendo que su postura no responde a "una simple e injustificada desobediencia", sino que "es parte del proceso de educar a nuestros magistrados, legisladores y funcionarios sobre los nuevos desafíos legales y regulatorios que presenta este nuevo paradigma de la sociedad de la información, preservar a Internet como una plataforma libre y abierta para el intercambio de ideas e información, garantizar la libertad de expresión y el libre pensamiento y a su vez cumplir con el primero de nuestros principios `Lo más importante es pensar en el usuario´", concluyen en Google.

"La preocupación no es el buen nombre y honor porque sino irías a atacar a quien realmente puso el contenido ahí", alegó en diálogo con Perfil.com Alberto Arébalos, Director de Comunicaciones y Asuntos Públicos de Google en el Cono Sur.

Arébalos afirma que Google "no quiere actuar como un guardián" y agrega que "no revisamos, ni podemos revisar el contenido antes de que salga en vivo; esto es parecido a su compañía telefónica, que no selecciona el contenido de sus llamadas telefónicas, o a su proveedor de servicios de Internet, que no edita sus mensajes de correo electrónico".

Es en este punto donde el abogado anti-Google, Leguizamón Peña, se sustenta para levantar sus medidas cauterlares. "Estás en frente a la computadora? Metete en Google y entra a Información Corpotiva". El camino que traza el letrado termina en un punto: "Análisis de concordancia de hipertexto". Ahí puede leerse: "El motor de búsqueda de Google también analiza el contenido de las páginas. Sin embargo, en lugar de limitarse a explorar el texto de una página (que los editores del sitio pueden manipular mediante metacódigos), la tecnología de Google analiza todo el contenido de ésta, incluidas las fuentes, las subdivisiones y la ubicación precisa de todas las palabras. También analiza el contenido de las páginas web cercanas para garantizar que los resultados son los más relevantes respecto a la consulta del usuario". Y remata: "No te lo digo yo, te lo dice Google".

*Redactores de Perfil.com.