La presidenta Cristina Fernández de Kirchner sufrió una fractura bimaleolar en el tobillo izquierdo y debió atenderse en el Hospital Regional de Río Gallegos, pero se topó con la dura realidad: el tomógrafo y el resonador estaban fuera de servicio, algo desconocido hace poco más de un mes, en medio de anuncios rimbombantes de mano de la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y su par en Defensa, Agustín Rossi.
Ocurre que, en noviembre, la Presidenta había replicado en su cuenta de Twitter los anuncios de las carteras de Desarrollo y Defensa referidos a inversiones por 164 millones para equipar el Hospital Militar y obras en el Hospital de Río Gallegos.
Cristina quedó presa de su propia verborragia digital, ya que en un tuit aseguró que “el nuevo Centro de Rehabilitación Integral y Geriatría en Río Gallegos atenderá trastornos de traumatología general, lesiones medulares...”. En la catarata de mensajes se había jactado: “Por las dudas que no los hayas leído en algunos diarios o visto en algunos noticieros…”.
Colapso. Lejos de los anuncios, Carlos Taboada, médico del Hospital Regional de Río Gallegos, en diálogo con Cadena 3 indicó que el resonador que debió asistir a la Presidenta no funciona desde hace más de un año.
A su vez, trazó un panorama más preocupante respecto al sistema de salud en la Santa Cruz y el interior del país: “El sistema ha colapsado hace siete años, no sólo en Río Gallegos, sino aún más grave en todos los hospitales del interior”, aseguró.
El diario de Cristina. Empecinada en que los medios de comunicación invisibilizan los anuncios y obras de gobierno, la mandataria se había ocupado de dar cuenta de las novedades en salud pública en su web personal y Twitter. Estos son los mensajes: