La Secretaría de Inteligencia (SIDE) fue uno de los organismos más beneficiados por el Gobierno en el diseño del Presupuesto 2009, un año signado por una puja electoral que se presume compleja para el kirchnerismo.
El año próximo ese organismo recibirá 96 millones de pesos más que en 2008, dinero que podrá administrar a discreción porque el Ejecutivo no debe rendir cuentas por los fondos para espionaje.
Esto representa un ascenso de 25% respecto del presupuesto del organismo para este año, es decir, un 70% más que el incremento del presupuesto total de la Argentina para 2009, que será del 15,6%.
La SIDE obtuvo así una mejora que no consiguieron otras áreas sensibles del Estado en la distribución de fondos. El Ministerio de Educación recibirá para todo el año que viene una suba del 9,8 por ciento, y el Ministerio de Salud tendrá un aumento del 16,2 por ciento. Ni siquiera el presupuesto general de la administración central se verá favorecido como la Secretaría de Inteligencia, ya que la variación global será del 15,6%.
El ultrapingüino Héctor “Chango” Icazuriaga será el encargado de administrar los 484,5 millones de pesos que Cristina Fernández de Kirchner asignó para actividades de espionaje, una cifra sensiblemente superior a los 388 millones de pesos que Néstor Kirchner había previsto para este año.
Icazuriaga, como en años anteriores, no está obligado a rendir muchas cuentas. Con el secreto que impone la Ley de Inteligencia, buena parte del dinero de la Secretaría circulará sin que nadie sepa fehacientemente su destino. Se trata de la partida denominada “servicios no personales” o “gastos reservados”, que en 2003 era de 4 millones de pesos y en 2008 lleva ejecutados $ 257 millones. Ni la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia, que en teoría se dedica a revisar los números secretos, sabe en qué se gasta la plata de la SIDE (ver recuadro).
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