“En la puerta del Banco Central habría que colgar un cartel que dijera: ‘Cuidado con febrero’”, cuentan que pregonaba el ex vicepresidente de la entidad Gustavo Cañonero. Y en el mercado advierten que este año “hay condimentos para preocuparse”.
Es por la combinación de la fuerte expansión monetaria –especialmente en el último bimestre de 2019–, impulsada por la asistencia financiera al Tesoro y compras de dólares del BCRA, junto con la baja persistente de tasas que objetan fue “muy rápida” en relación con el ritmo inflacionario aún alto. Otro factor crucial es que en febrero cae mucho la demanda de dinero.
Con este cóctel de ingredientes, los analistas alertan que febrero puede ser “crítico” y auguran que la brecha entre el dólar oficial y los paralelos –principalmente el contado con liquidación (CCL) y el MEP, que se adquieren legalmente mediante la compraventa de bonos– se consolidará en las próximas semanas arriba del 35% y alcanzará un pico del 40%. El viernes ese margen oscilaba entre el 32% y el 34%. Asimismo, previenen que la brecha cambiaria y el excedente de pesos en circulación podría presionar también en los precios.
Fernando Baer, de Quantum, señaló que “en febrero tenés falta de oferta de dólares”, porque se reduce a la mitad la liquidación agrícola, y “caída en la demanda de pesos” en relación con diciembre y parte de enero, que es mayor por el pago del aguinaldo, las fiestas y los gastos de turismo. El problema, explicó, es la expansión monetaria. Entre el 1º de noviembre y el 31 de diciembre la base monetaria fue del 25,8%, “muy por encima del promedio” del 12,9% verificado en 2003-2018 en ese lapso, por lo que consideró que el BCRA debería “articular mecanismos para atacar esa expansión adicional y que no genere en el primer trimestre presiones sobre el tipo de cambio o la inflación”.
Para Joaquín Bagues, de PPI, con este panorama es “un error” bajar la tasa de interés, que en un mes cayó del 63% al 52% y derivó en una reducción en los rendimientos que ofrecen los bancos por los plazos fijos, que en términos reales son negativos frente a la inflación esperada, por lo cual “la gente no quiere pesos y la brecha cambiaria empezará a ampliarse más”. Un informe de Bull Market Brokers evaluó que “la brusca caída de la tasa tendrá un impacto en el dólar MEP y el CCL” y “la brecha podría consolidarse por arriba del 35%” y “acercarse peligrosamente al 40% en las próximas cinco semanas”. Sumó otro factor de presión: en febrero vence el AF20 por $ 105 mil millones, “donde el roll over asegurado es del 25%, tenedores del exterior, el resto probablemente busca efectitivizar ganancia con MEP o CCL”.
Norberto Sosa, de Invertir en Bolsa, opinó que la brecha también “estará atada a lo que pase con la reestructuración de la deuda: si en febrero el Gobierno no presenta una propuesta, el mercado se pondrá nervioso y la demanda de dinero caerá más”.
Indices. ¿Cuál puede ser el impacto en precios? Un informe de LCG planteó que “una política monetaria más relajada podría ir en contra de un proceso de desinflación en la medida en que los pesos volcados al mercado se destinen rápidamente a la compra de bienes o al dólar blue, volviéndolo referencia para la formación de precios”.
Economía&Regiones explicó que “la inflación no es otra cosa que la pérdida constante y sostenida del poder adquisitivo del dinero”, el cual “se determina en el mercado monetario a partir de la oferta y demanda de dinero”. La consultora analizó que “del potencial comportamiento de la oferta y demanda de dinero surge que lo más probable es que el BCRA siga emitiendo pesos y la gente quiera cada vez menos pesos. En ese marco, prevé que “más temprano que tarde el dólar paralelo volverá a saltar y la brecha a ensancharse, con lo cual la inflación volverá a acelerarse y el problema inflacionario y cambiario terminará siendo peor que el actual”. Martín Kalos, de Elypsis, dijo que un sondeo de la consultora reflejó que “el dólar blue incide en los costos de gran parte de las pymes”, que lo trasladan a precios. En cambio, Matías Rajnerman, afirmó que, “salvo que las importaciones empiecen a ser al tipo de cambio paralelo, la brecha no tiene mucho impacto en los precios”.
Debutan las ‘Lebads’ por $ 214 mil millones
La Nación enfrentará mañana su primer test en el mercado de deuda con el fin de avanzar en el objetivo de reconstruir una curva de rendimiento en pesos, luego del ruido que provocó la decisión de la provincia de Buenos Aires de buscar patear a mayo el pago de un bono que vence el 26 de enero. Realizará mañana un canje de cinco especies de Lecap que habían sido reperfiladas a fines de agosto último por dos nuevas Letras del Tesoro Badlar Privada (Lebad) que vencerán en septiembre y diciembre de 2020.
Los títulos elegidos suman unos $ 214 mil millones, lo que representa casi el 45% del stock total de Lecap.
“De las diez especies de Lecap que hay en circulación, elegimos cinco, el criterio es que son las de más próximo vencimiento –van desde fines de febrero a abril de este año– y tienen la particularidad de que hay una buena dispersión de tenedores, y la mayoría son argentinos, creemos que es una buena combinación” explicaron a PERFIL fuentes de Finanzas.
“La estrategia global es seguir extendiendo la madurez y ampliar la familia de estos títulos que venimos colocando desde que asumimos; ya estaríamos construyendo la curva completa de esta nueva familia de instrumentos vinculados a la tasa Badlar (la de depósitos de plazos fijos superiores a $ 1 millón)”, remarcaron.
El canje será por adhesión. Los tenedores deberán presentar ofertas para canjearlos por alguna de las dos Lebad, o una combinación de ambas. La recepción de propuestas arranca a las 11 y finaliza a las 15.
La tasa nominal anual que brindará la Lebad con vencimiento el próximo 18 de septiembre es del 41,1% (Badlar privada más 400 puntos básicos), y la que vence el 22 de diciembre ofrecerá un 42,60% (Badlar más 550 puntos). En ambos casos, los intereses se abonarán íntegramente al vencimiento.
Las fuentes oficiales señalaron que “esta operación cumple con los tres requisitos que nos marca la Ley de Administración Financiera: mejorar plazos, es decir entregar nuevos títulos que nos permitan despejar el perfil de vencimientos, disminuir tasa y no aumentar el valor nominal de la deuda”.