Desde la muerte de su padre, Florencia Kirchner dejó los estudios de cine en Nueva York y pasó a tener una relación más cercana a su madre, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Incluso incursionó en la militancia, lo que la llevó incluso a participar de la ayuda a los inundados de La Plata junto a La Cámpora.
Pero la hija presidencial nunca abandonó su pasión. Por eso, ahora coordinará un proyecto de cortometrajes de ficción "barrial" que se presentarán en el Festival Internacional Unasur Cine.
"La propia mirada" es el título del proyecto que coordinará la joven, organizado por el Gobierno de la Provincia de San Juan y bajo la dirección de Paula de Luque -directora del documental "oficial" sobre la vida de Néstor Kirchner- y la producción de Mariana León Echevarría.
Además, contará con el auspicio de la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), organismo cuestionado por el otorgamiento de subsidios.
La noticia apareció en el sitio web de Unasur Cine, que además publicó un texto introductorio firmado por Florencia Kirchner en el que explica el proyecto: "Históricamente las cámaras de video, nos han brindando a las personas la posibilidad de registrar momentos. La cámara nos acompaña, nos permite trasladarla a diferentes lugares y colocarla donde queramos. La cámara registra vida. La cámara ha servido como testimonio de los hechos más fuertes que han ocurrido sobre la tierra. Registrados de manera documental, transformados en ficción, o siendo filmados en vivo y en directo mientras todo sucedía. ¡Benditos sean quienes tuvieron una cámara!", escribió.
La hija de la Presidenta afirmó que "estas personas han mostrado a través de los años, diferentes visiones de lo que sucede en la tierra, de lo que le sucede a los pueblos. Han narrado amor, dolor, arte, política y muchas cosas más. Lamentablemente la posibilidad de acceder al lenguaje y a la cámara no ha sido algo igualitario a través de los años. La posibilidad de mostrar lo registrado con la cámara tampoco, las vías no han sido abiertas para todos".
"Poco a poco eso empezó a mutar, y acceder a la cámara o al lenguaje por diversos motivos, se transformó en algo más real y cercano. Cuando uno conoce el lenguaje puede plasmar su visión, cuando uno tiene la cámara la puede registrar, pero cuando falta la vía que la va a mostrar todo parece desplomarse. Las luchas para abrir las vías se fueron multiplicando, y más miradas comenzaron a plasmarse en los cines, televisores, y también en el mundo virtual, internet. Falta, y mucho para que esas vías sean completamente abiertas, quienes queramos eso, tendremos que buscar las mil y una formas para seguir moviendo las barreras que las traban", continuó.
"La propia mirada es una de esas formas. No vendrán grandes cineastas a hablarnos de lo que sucede en los barrios. No vendrán periodistas a hacer informes. Tampoco vendrán cabezas de la multimedia a explicarnos como sienten aquellos que no son ellos. Ellos, los trabajadores y trabajadoras, las amas y amos de casa, los y las jóvenes del barrio, luego de una charla sobre el lenguaje del cine, tomarán en sus manos las cámaras y registraran de la manera más libre a modo de ficción o documental eso, eso que los representa, su propia mirada", concluyó la joven Kirchner.