La discusión sobre la necesidad de unir a toda la oposición para enfrentar al kirchnerismo, una idea impulsada por sectores de la política y del empresariado, divide a quienes votarían contra el Gobierno en la próxima elección. Efectivamente, una nueva encuesta exclusiva de PERFIL demuestra que también hay una grieta entre quienes se inclinan por apoyar a un candidato opositor en 2015: el 44% quiere que vayan unidos a las elecciones, mientras que el 41% prefiere que cada uno conserve su identidad.
El debate lo pusieron sobre el tapete algunos sectores de la Unión Cívica Radical, que plantearon la necesidad de armar una Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) entre los tres principales espacios de oposición: el PRO de Mauricio Macri, el Frente Renovador de Sergio Massa y el Frente Amplio UNEN. Elisa Carrió le dio más fuerza, insistiendo con una interna con el macrismo pero en su caso dejando afuera al massismo.
Según la encuesta que realizó González y Valladares, con tecnología iSurveyX desarrollada por MGMR, hay 72% de los entrevistados que se muestra proclive a votar a un candidato de la oposición. Dentro de ese universo, dos de cada cinco votantes rechazan que vayan todos juntos.
Esta paridad pone en tela de juicio la estrategia de unir toda la oposición. El interrogante que queda abierto es saber cómo votaría ese 41% de opositores que no quiere ver a todos en la misma bolsa.
En los mítines políticos son cada vez más los análisis en torno a esta hipótesis. Hay dirigentes, incansables lectores de encuestas, que empezaron a temer que el 30% de respaldo con el que cuenta hoy el Frente para la Victoria se estire fácilmente al 40% si las condiciones económicas y sociales del año próximo se mantienen estables. Si el Gobierno cierra el acuerdo con los fondos buitre en enero, muchos economistas consideran que volverán a ingresar dólares al país, por lo que la crisis se mantendrá pero no se profundizará. En ese escenario, si Daniel Scioli, como candidato del kirchnerismo, llega al 40% pero ningún otro queda a menos de 10 puntos, se coronaría presidente en primera vuelta. La dispersión opositora, temen, favorecerá a que se consolide ese escenario.
Lilita Carrió, en su explosión mediática de esta semana, utilizó el mismo argumento. En su caso, cree que la unión de todo el espacio panradical con el PRO evitaría el triunfo kirchnerista en primera vuelta. Está convencida de que una fórmula de UNEN le puede ganar las PASO a Macri y luego entrar en el eventual ballottage. Esa lectura también divide opiniones entre los encuestados que quieren una unidad opositora: hay paridad entre los que quieren una alianza anti PJ (sólo UNEN y PRO) y los anti K (también Massa).
La decisión de la líder de la Coalición Cívica de alejarse de UNEN también generó opiniones divididas. Las lecturas positivas, negativas o intrascendentes por su ruptura son prácticamente iguales. Y su imagen positiva mejoró y empeoró de la misma manera. No obstante, hubo una lectura que se destacó sobre el resto: la mayoría (30%) analizó que el principal perjudicado por la decisión que tomó Carrió es el propio UNEN. Algunos de los ahora ex socios de la diputada celebraron su partida, convencidos de que de esta manera se cierra el debate sobre si el frente se debe ampliar o no. Pero van a tener que trabajar con intensidad para lograr remontar los puntos que el frente viene perdiendo en las encuestas desde principios de año.
Sin embargo, desde el radicalismo también continuarán insistiendo con la necesidad de ampliar el horizonte. Convencidos de que su estrategia debe ser obtener la mayor cantidad de gobernaciones y de bancas en el Congreso para fortalecer al partido, reconocen que limitarse sólo a UNEN hoy no parece la mejor opción. En ese rumbo, sería difícil que el Frente que se fundó en abril llegue unido a las elecciones.
La alianza amplia, sin embargo, debe superar un obstáculo: que Macri y Massa acepten esa decisión. Desde el PRO se muestran proclives a aceptar la idea de Carrió de armar unas PASO entre Macri y algún candidato de UNEN. Pero le cierran la puerta a Massa. En el massismo la lectura es similar. Vienen avanzando en los acuerdos provinciales con dirigentes radicales (ayer Massa estuvo con Luis Naidenoff en Formosa), pero rechazan enfrentarse a Macri en las primarias del 9 de agosto. Los promotores del acuerdo confían en que las resistencias actuales son posicionamientos de campaña. Y creen que finalmente el temor a un triunfo kirchnerista los obligará a unirse. El problema, sin embargo, es que en política las sumas no siempre son correctas.
Todos los espacios juntos no necesariamente sacan la misma cantidad de votos que sacarían por separado. Y además un solo frente opositor también podría generar una mayor concentración del voto kirchnerista. El debate por la unidad opositora ya está instalado en el escenario político. Pero las estrategias dividen opiniones.
El juego de las alianzas también divide opiniones a la hora de elegir
A pesar de que está cada vez más instalada la idea de ampliar los frentes electorales tal como están diseñados hoy, no hay una coincidencia sobre los límites. En un lado del ring está Mauricio Macri con algunos sectores de UNEN, en el otro está Sergio Massa con dirigentes del radicalismo, y en el medio están los que quieren juntarlos a todos.
Esa diferencia también se traslada a las encuestas. Un tercio quiere que la alianza amplia incluya sólo a Mauricio Macri y Elisa Carrió. Otro tercio prefiere que estén todos incluidos. E incluso hay un 20% que prefiere verlos juntos a Macri y Massa, como se dio en las elecciones legislativas del año pasado en el territorio bonaerense. Hay otro 11% que quiere unidad opositora pero no sabe de qué forma se debería concretar. Esos datos surgen de la encuesta exclusiva para PERFIL que realizó la consultora González Valladares, con tecnología de la firma MGMR.
Lilita Carrió fue la que volvió a poner el debate en los primeros planos esta semana. Rompió UNEN, cansada de insistir en que era necesario sumar a ese espacio al PRO, con el objetivo de evitar que ganen Daniel Scioli o Massa. Se fue a Punta del Este por el fin de semana largo, pero al regresar empezará a avanzar con una nueva estrategia: tejer acuerdos todavía incipientes con el macrismo y desde allí convocar a sectores de UNEN, sobre todo del radicalismo, que deseen sumarse.
La unidad opositora, de todas formas, encuentra resistencias. El socialismo, que conduce Hermes Binner, junto a sus aliados del GEN de Margarita Stolbizer y Proyecto Sur de Pino Solanas, rechazan esa opción y pretenden mantener UNEN tal cual está.